El juez instructor Félix Blázquez Calzada no tuvo que vérselas en esta ocasión con procesos de dopaje de atletas famosos. Lo que tuvo ayer enfrente fue a 33 representantes de la soberanía popular ciudadana, a los que entregó las credenciales fedatarias de su condición de concejales del ayuntamiento de València, que estrenarán el próximo sábado en la constitución de la nueva corporación municipal. Ayer acudieron todos a la Ciudad de la Justicia para vérselas con este togado, en su calidad de presidente de la Junta Electoral, que ha tenido que mediar con los pleitos planteados tanto en las elecciones autonómicas como en las municipales (el cargo se prorrogó por la cercanía entre unos comicios y otros) sin por ello abandonar sus obligaciones ordinarias. Entregó a todos ellos las credenciales y un aplauso general ratificó el primero de los rituales. Una jornada de cierta tregua entre políticos, que a partir del fin de semana ejercerán las labores que tienen guionizadas. Sensaciones distintas con muchos debutantes en estas lides (20 de los 33 ediles se estrenan) y algunos muy veteranos, con Marta Torrado y Ramón Vilar a la cabeza. No faltaron las situaciones curiosas, como Gloria Tello flaqueada por los concejales de Vox, o las bromas, como cuando María José Catalá invitó a Pere Fuset a hacerse la foto con el resto de ediles populares. «Ya sabes que con uno nos basta». Ayer, el grupo municipal fue invitado a comer por Enric Esteve como regalo de despedida, tras haber renunciado a su acta. Para Joan Ribó fue su última acta como munícipe