«A mi me hubiese gustado recibir algo así». Es una especie de regalo de despedida de la concejala de Transparencia en funciones, Neus Fábregas, quien citó ayer a los concejales de la nueva legislatura (con abundante ausencia en el bloque de centro-derecha, tan sólo cuatro de dieciséis) para entregarles una carpeta que incluye un catecismo civil sobre derechos, obligaciones, funcionamiento y, sobre todo, para fomentar que el trabajo de los altos cargos (concejales y titulares de órganos superiores, directivos y otras entidades municipales) se atenga al servicio a la ciudadanía. «Hemos de hacer visible el buen gobierno, así como los derechos, pero también las responsabilidades y obligaciones que tiene la nueva Corporación hacia la ciudadanía para poder construir una ciudad mejor, más transparente y más participativa» aseguró Fábregas, para quien este acto, celebrado en el Salón de Cristal, supone « un antes y un después en el Ayuntamiento».

46 páginas esenciales

Lo ediles deberán leerse un manual de 46 páginas y cuatro capítulos, la «Guía de transparencia», que incluye las normas de funcionamiento de lo que se considera un «gobierno abierto».

Entre los aspectos morales más importantes están los «principios de actuación», que incluyen premisas para los ediles. Una especie de mandamientos de la ley municipal.

Dedicación, respeto y ética

«Desempeñarán su actividad con plena dedicación y respeto a la normativa reguladora de las incompatibilidades y los conflictos de intereses».

«Guardarán la debida reserva respecto a los hechos o informaciones conocidos con motivo u ocasión del ejercicio de sus competencias».

«Pondrán en conocimiento de los órganos competentes cualquier actuación irregular de la cual tengan conocimiento».

«Ejercerán los poderes que les atribuye la normativa con la finalidad exclusiva para la que fueron otorgados y evitarán toda acción que pueda poner en riesgo el interés público o el patrimonio de las administraciones».

«No se implicarán en situaciones, actividades o intereses incompatibles con sus funciones y se abstendrán de intervenir en los asuntos en que concurra alguna causa que pueda afectar a su objetividad».

«Desempeñarán sus funciones con transparencia».

«Gestionarán, protegerán y conservarán adecuadamente los recursos públicos, que no podrán ser utilizados para actividades que no sean las permitidas por la normativa que sea de aplicación».

«No se valdrán de su posición en la administración para obtener ventajas personales o materiales».

Se incide, además, en la exigencia de declarar sus bienes, que deben incluir todos los derechos y obligaciones patrimoniales, activos financieros, acciones, etcétera, superiores a tres mil euros. Deben dar cuenta de las sociedades en las que tienen intereses y su objeto social, incorporar información sobre su pareja y, de forma ineludible, «es obligación entregar anualmente una copia de las declaraciones que efectúen en cada ejercicio económico corresponden-tes al IRPF y al Impuesto sobre el Patrimonio».

No presionar a la prensa

Así mismo, la «carpeta de transparencia» recomienda a los altos cargos la necesidad de transmitir canto sucede, pero hacerlo bien. Es decir, informar «regularmente de sus actividades y atienden y ponderan las invitaciones que reciban para participar en debates, entrevistas u otro tipo de actos. En ningún caso presionan para obtener mejoras personales, familiares o partidarias de los medios de comunicación».

«Los altos cargos deben ser conscientes, desde el momento que toman posesión, de que adquiere una serie de obligaciones políticas, jurídicas y éticas muy especiales» concluyó Neus Fábregas.

El código con los regalos

Prohibido aceptar la condonación de deudas bancarias.

Prohibido recibir préstamos a interés cero o especialmente privilegiado

Prohibido usar de forma gratuita servicios o instalaciones que tengan un régimen habitual de pago cuando se trate de condiciones ofertadas por ocupar el cargo.

Prohibido aceptar cualquier regalo, favor o servicio en condiciones ventajosas que vaya más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía, por razón de su cuantía o causa, o que pueda condicionar la neutralidad u objetividad de su cometido.

Prohibido entregar obsequios que no vayan más allá de razones de cortesía, conmemoración, respeto institucional o usos sociales. Y la entrega debe ser pública.

Obligación de registrar todos los obsequios que se reciban en el Portal de Transparencia con detalle de su descripción y quién y cuando de la persona que lo realizó