Más allá de reiterar su intenciones programáticas, el portavoz de Ciudadanos incidió en reprochar al PSPV su colaboración con Compromís. Por eso le dijo a Sandra Gómez que si estuviera más cerca de él, como ha pasado en otros ayuntamientos, se ahorraría disgustos y la vida le iría mejor. «Le hemos tendido la mano muchas veces para para los desmanes y las imposiciones de Ribó, del sr. Grezzi... y ha seguido dándoles cheques en blanco». Y se arrogó el liderazgo en la oposición. «Sentirán en todo momento que, desde el centro, Ciudadanos es la única opción de sumar con ustedes (los socialistas) para evitar una València que no deseamos los valencianos. Sea oposición (a Compromís) cuando sus políticas sectarias y nacionalistas penalicen la realidad de València». Todo lo que sea desunión entre socios de gobierno le beneficia. «Nos preocupa que se repita la falta de coordinación los próximos cuatro años».

A Joan Ribó la recordó que «nunca tuvimos reparo en apoyar planes que entendamos necesarios para la ciudad, aunque otra cosa es que luego no se ejecutaran». Y también la diferencia de «255 votos» entre «los partidos de gobierno y los de la oposición», por lo que le dijo al alcalde que «tenemos el derecho y la obligación moral de exigirle diálogo. Y no nos referimos a fotos de recepción en su sofá. Nos preocupa que aproveche esa mínima ventaja para seguir haciendo una València a su medida, para seguir subvencionando a entidades pancatalanistas. No lo vamos a permití». Es, en definitiva, lo que el líder de la formación naranja considera «visión sectaria y monolítica de la ciudad».