Desde las filas socialistas la investidura de Ribó fue un acto de responsabilidad y de fe en un gobierno progresista. Ese al menos fue el mensaje fundamental del discurso de su portavoz, Sandra Gómez, tras dar sus siete votos al líder de Compromís cuando aún no se ha cerrado un acuerdo de gobierno.

Sus primeras palabras fueron para dar las gracias a los valencianos «por haber roto definitivamente los tópicos» y consolidar a València «como un ejemplo progresista entre las grandes ciudades de España».

«Los socialistas -dijo- siempre hemos tenido clara nuestra posición. No hemos amagado con poner en duda esa voluntad mayoritaria de la ciudadanía por intereses partidistas como ha ocurrido en otros ámbitos», añadió Gómez, quien siempre dijo que «iba a votar la investidura de Ribó sin pedir nada a cambio».

Ahora bien, no se trata de «un gesto irrelevante», sino que «es toda una expresión de colaboración y trabajo conjunto que esperamos que el grupo de Compromís sepa cogerlo con responsabilidad y respeto hacia los 75.000 personas progresistas de esta ciudad que confiaron en nosotros».

Sandra Gómez aboga por un gobierno «más maduro», que se centre en lo importante y «no se atasque». «Tenemos que ser más humildes, gobernar con la ciudadanía y no en nombre de la ciudadanía, apostando por el diálogo y la convivencia y enterrando la crispación», dijo la líder socialista.

Y al bloque de derechas le recomendó que entienda que «la mejor oposición no se hace desenterrando fantasmas y guerras identitarias del pasado, sino haciendo que la discrepancia sirva para mejorar la vida de la gente».

Su filosofía, repetida en campaña, es trabajar por «aquellos a los que nunca nadie les ha regalado nada», por los «barrios, los pueblos y las familias trabajadoras», para saldar la «deuda que esta sociedad tiene con los jóvenes» y para ayudar a las «personas mayores que no tienen quien las cuide o tengan pensiones bajas».

Sandra Gómez quiere una València «feminista» donde las víctimas denuncien a sus agresores, añadiendo, en referencia a Vox, su deseo de que «esta sociedad también se libre de los políticos cuyo único discurso es negar el terrorismo machista».

Y quiere también una València «inconformista» que siga avanzando. «Probablemente no haya nada más emocionante que decir en este salón de plenos que València es hoy sinónimo de progresismo» y que «no vamos a fallar a esta València progresista», concluyó Gómez.