Algunos de los cerebros más brillantes de la ciudad de València se daban cita ayer en la plaza del Ayuntamiento. Se trataba de la Feria de Ciencia «Repensat i fet» organizado por la Universitat Politècnica de València. Una muestra que reúne una selección de productos, prototipos y resultados de investigación surgidos de la labor llevada a cabo en diferentes centros y aulas de la UPV con motivo del 50 aniversario de la institución académica.

Los más pequeños se hacían hueco a empujones para participar en algunos de los talleres que impartían las distintas escuelas de investigación de la universidad. Como en el de «Imagina tu ciudad», en el que ideaban su propia urbe a través de legos sin más límites que el espacio otorgado.

Así, entre una veintena de puestos, distintos investigadores e investigadoras de València mostraban al público en general desde curiosidades como rosquilletas hechas con grillos, hasta reproducciones de cráneos prehistóricos impresos en 3D y prototipos de Inteligencia Artificial creada para la mejora de calidad de vida de las personas. Un gran reclamo para quien sigue viendo la AI como un elemento futurista. De hecho, fueron estos los stands que más público recibían. Entre ellos, el de un robot capaz de detectar la edad de quien tiene enfrente o de cuantificar las emociones humanas en distintos porcentajes. José Manuel Fuentes y Joaquín Taverner eran los artífices de un prototipo que registró durante meses miles y miles de rostros alegres, enfadados, tristes o «neutros».

El objetivo de este proyecto, explicaron, es la investigación. Aunque ya piensan en una posible aplicación a la terapia psicológica, «para ver durante la hora de terapia cómo se siente el paciente»; en las aulas, «para saber si los alumnos están perdiendo la atención y evaluar técnicas didácticas»; incluso para analizar los discursos políticos. También se plantean la aplicaciones comercial para emitir anuncios en función de la aceptación del televidente y en personas con Trastorno del Espectro Autista.

También la finalidad del robot que reconoce edades es mucho más grande de la aplicabilidad actual. Javi Palanca, del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial de la UPV, reconocía que el objetivo final es que sean robots asistenciales para personas mayores, «para que hagan compañía o que les recuerde tomar la medicación».

Alternativas sostenibles

Otro de los stands mostraba la posibilidad de utilizar elementos sostenibles y alternativos al hormigón para la construcción y evitar la emisión de Co2. «Como alternativa tenemos la ceniza de la cáscara de arroz o la de hueso de oliva que puede sustituir al silicato sódico», explicaba Alba Font, integrante del equipo de investigación del departamento de Ingeniería de Caminos.

Como complemento a todo ello, distintos equipos de la plataforma UPV Generación Espontánea dieron a conocer sus proyectos más emblemáticos: desde la cápsula del tren subsónico, capaz de viajar a más de 1.000 kilómetros por hora, de los Hyperloop UPV hasta la boya-filtro para luchar contra los microplásticos del equipo Yu Design UPV.