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València dice adiós a numerosos tapones urbanísticos

Durante estos cuatro años se han abierto las calles Doctor Olóriz, Berenguer Mallol, Volta del Rosinyol, Hort d'En Cendra o Salabert, entre otras, para convertirlas en espacio peatonales

València dice adiós a numerosos tapones urbanísticos

Una de las máximas de la Concejalía de Desarrollo Urbano durante la legislatura que ahora termina ha sido «construir una ciudad para las personas». Un objetivo que, reivindica el exconcejal socialista Vicent Sarrià, tras haber pasado al frente de esta área estos últimos cuatro años, «se ha visto materializado en diferentes proyectos a lo largo y ancho de València» como son la reurbanización de calles de la Zona 0 del Cabanyal, la plaza Rojas Clemente o la ampliación de aceras.

Sin embargo, la eliminación de tapones urbanísticos también ha jugado un papel muy importante. «Debido a la incompleta ejecución del PGOU del 88, la ciudad cuenta con tramos de calles convertidos en callejones sin salida o aparcamiento para los vehículos», ha relatado y ha explicado que se trata de «una herencia fruto de la fusión entre la València de ayer y de hoy que dificulta el paso de los transeúntes».

Entre los ya desaparecidos destacan los de las calles Doctor Olóriz y Rubiols, en el distrito de la Saidïa, el de Volta del Rossinyol, detrás del Museo de Bellas Artes, o los de Joan Miró y Aurora en el sur de la ciudad. También Río Bidasoa y Berenguer Mallol, en los barrios de Torrefiel y Aiora, respectivamente, donde, tras su apertura, la circulación ha sido mucho más fluida.

Además de estos, se añaden los de las calles Salabert y Músico Gomis, en el distrito de Patraix. El primero ahora conecta dicha calle con la de Beato Nicolás Factor, y el segundo forma un espacio más amable junto a la plaza de Benimarfull.

A todos estos, les sumó hace unas semanas el de la calle Hort d'En Cendra. Vicent Sarrià ha señalado que este tramo era, precisamente, «uno de los más característicos del barrio de El Carme pues, aparte de ser un tramo cerrado por un muro, dificultaba la entrada de los estudiantes al CEIP Santa Teresa debido a sus aceras estrechas y los vehículos que allí aparcaban».

«Ahora es un espacio peatonal mucho más amplio, con una zona de juegos infantiles y que conecta con el nuevo Jardín de las Esculturas del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)», ha resaltado. En opinión del exconcejal socialista Vicent Sarrià, «si bien a lo largo de estos cuatro años se ha conseguido que la ciudad de València sea una ciudad mucho más transitable, antes del final de esta legislatura se han dado los primeros pasos para que otros muchos tapones urbanísticos puedan desaparecer».

«Ahora comienza una nueva etapa en la que los primeros en decir adiós serán la 'acera de la muerte' en la calle San Vicente, de la que comenzó su remodelación hace dos semanas, y el conocido como 'agujero de la vergüenza' de Orriols, aprobado el pasado mes de abril». Unos proyectos que, para Vicent Sarrià, «marcarán el camino para que València siga ganando espacio público para las personas».

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