La figura del vicealcalde o vicealcaldesa, que está siendo uno de los grandes escollos en las negociaciones para conformar el Govern de la Nau 2 entre Compromís y el PSOE, no es, en absoluto, algo nuevo en la política valenciana, ni siquiera en la local. Eso sí, cuando se ha propuesto en el pasado ha sido bajo gobiernos de un solo color político, como era en su día el del Partido Popular. De hecho, el último vicealcalde de València fue Alfonso Grau, nombrado en 2011 y apartado de la política en 2014 tras su imputación en el caso Nóos. Su precedente tal vez no sea el mejor, pues el pasado seis de junio fue condenado a cuatro años de prisión por los delitos de cohecho y blanqueo de capitales tras el juicio de la operación Clepsidra, por el cual había sido detenido en 22 de febrero del 2016.

Pero, más allá de este desafortunado final, por calificarlo de algún modo, su figura, la de vicealcalde, fue más sencilla de nombrar y de gestionar bajo un gobierno con la mayoría absoluta del Partido Popular, algo que no ocurre ahora.

De hecho, tras las elecciones del pasado mes de mayo la fórmula se va a repetir en algunas localidades valencianas como la de Mislata. Allí va a gobernar el Partido Socialista con mayoría absoluta (con 15 de los 21 concejales) y su alcalde, Carlos Fernández Bielsa, ya ha anunciado que su vicealcaldesa será Pepi Luján.

Es decir, en el mismo núcleo urbano de València la figura que ansía Sandra Gómez será ocupada por una compañera de su partido, aunque, eso sí, totalmente respaldada por los suyos y sin ninguna necesidad de llegar a pactos de gobierno con nadie.

Es más, Fernández, en una política que se asemeja mucho a la que quiere implantar Joan Ribó, y que los socialistas no ven con buenos ojos, ya ha anunciado que creará cuatro grandes áreas para coordinar su gobierno.

Vicealcaldesa en Castelló

Mucho menos frecuente, pero más afín a lo que el Partido Socialista quiere en València, es lo que ocurrió en Castelló en la pasada legislatura. Allí el gobierno estaba formado por PSOE, Castelló en Moviment y Compromís y se instauró la figura de la vicealcaldía, que primero recayó en Alí Brancal, aunque tuvo que dejar su cargo en 2018 tras una querella del Partido Popular por malversación y acabó dimitiendo en mayo de este año y solicitó la baja del partido. Tampoco parece que sea este el mejor precedente.