La delegación de alumbrado público, que depende de Servicios Centrales Técnicos, ha puesto en marcha un sistema de iluminación en las canchas deportivas del barrio de la Creu de Grau, en la confluencia de la calle Menorca con Carolina Álvarez. Se trata de un sistema de alumbrado que solicitaron los vecinos a través de los presupuestos participativos de la edición 2018/2019 y que en su propuesta definieron como «iluminación antiviolación».
Las Associació de Veïns Balears-Grau y la Associació de Veïns i Veïnes Vilanova del Grau propusieron la instalación de varios focos y/o farolas «que se enciendan durante todas las noches en el interior del espacio deportivo abierto y público conocido popularmente como Astilleros con el fin de evitar posibles agresiones sexuales y demás peligros», explicaban en su petición que salió adelante con un presupuesto de 15.000 euros.
El principal objetivo de esta actuación, además de aportar alumbrado en estas zonas de entretenimiento, «es de carácter disuasivo al evitar zonas y rincones sin alumbrado donde se puedan refugiar delincuentes o perpetrar algún acto contra los posibles peatones», reza el proyecto final. La ubicación de los focos se han pactado con los vecinos, de tal manera que su luz no molestara a los edificios colindantes, explican fuentes de la concejalía de Servicios Centrales Técnicos, que en el pasado mandato dirigió Sergi Campillo.
Se han instalado unas columnas con sus correspondientes proyectores. El motor lumínico de los proyectores está basado en tecnología LED, de mayor eficiencia y duración, con una temperatura de color 2700 K, «más respetuoso con el medio ambiente manteniendo una reproducción cromática de colores adecuada».
Contará con un sistema que permitirá la regulación del flujo luminoso, manteniendo unas condiciones de seguridad a partir de las 22.30 horas, es decir, se enciende con el resto del alumbrado. Toda la noche se mantiene la denominada iluminación de seguridad.
Según explicaron las dos asociaciones vecinales que lanzaron la propuesta, la zona se halla abierta y sin ningún tipo de restricción en su uso pues es un parque público. «Sin embargo, posee una gran zona ciega que cubre y resguarda muchos espacios donde se pueden dar situaciones graves. Eso se incrementa durante las noches donde el interior de los campos de fútbol o la pista de baloncesto queda totalmente oscura y sin iluminación al no albergar en su interior ninguna farola o iluminación pública siendo un escondite nefasto», relataban con temor.
«Cabe mencionar que en nuestro barrio se han producido varias violaciones recogidas por los medios de comunicación locales», denunciaban ambas asociaciones, que ven cumplida así una de sus principales peticiones.
