Compromís per València, la formación que lidera Joan Ribó en el «cap i casal», no quiere agotar el debate de la tasa turística a las primeras de cambio y pidió ayer al vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau, que no renuncie a la exigencia de un canon mínimo para las personas que visitan la ciudad.
La coalición valencianista recordó ayer que la tasa turística ha sido una de las principales reivindicaciones de Podemos -formación a la que pertenece el también conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática- « durante toda la legislatura anterior y que ha exhibido como bandera durante toda la campaña electoral».
Compromís cree que sería «un engaño a la ciudadanía y a sus votantes» que Dalmau no mantenga su aspiración de implantar la tasa turística ahora que ha alcanzado una de las vicepresidencias del Consell. «No se puede renunciar en tan solo una semana a lo que se ha pedido durante más de cuatro años, y además a una cosa que es factible de aplicar y que beneficia tanto a la ciudadanía como a la hostelería», aseguraron fuentes de la dirección local del partido valencianista.
Desde Compromís no se explican que Podemos «se desentienda de la cuestión en tan poco tiempo» y que dejen a la coalición valencianista sola «en una medida que podría reportar tantos beneficios a la ciudad de València». La coalición que lidera Ribó en la ciudad se refiere a las recientes manifestaciones del conseller Dalmau en las que enfriaba la implantación de la tasa turística. Como recogió este periódico, Dalmau sostuvo en Alicante su apuesta por buscar mecanismos para avanzar hacia la sostenibilidad turística en el marco social, ecológico y económico sin la necesidad de aprobar, al menos a corto plazo, la tasa. El vicepresidente moderó su discurso y aseguró que defenderá un modelo más verde y sostenible, «pero la manera no es poner impuestos» a la vez que admitió que en campaña lo defendió, «pero ahora hay un acuerdo del Botànic».
Cierto renuncio
A Compromís per València las palabras de Dalmau le han sonado a cierto renuncio. Desde la formación nacionalista apuestan por una ordenación turística que permita canalizar el crecimiento en el número de visitantes que recibe València, con un 65% de turistas internacionales en el último año. La coalición propone «un plan específico para desestacionalizar la recepción de visitantes para que se pueda distribuir durante todo el año, programar una oferta cultural y de congresos más allá del ocio, y una tasa turística destinada principalmente a sufragar los gastos públicos que genera la recepción de turistas en la ciudad».
Compromís apuesta de esta manera por el establecimiento de un impuesto turístico (lo que se conoce como una «tasa turística») con una finalidad local y que revierta sobre los servicios municipales a la ciudadanía y al propio turismo, como por ejemplo la seguridad, la limpieza, la movilidad, el mantenimiento de playas, museos, patrimonio y las fiestas, entre las cuales, las Fallas.
El impuesto sobre las estancias turísticas es una práctica habitual en multitud de ciudades europeas, recuerdan desde Compromís, y explican que las grandes urbes turísticas tienen así «una herramienta para regular la llegada de visitantes, evitar posibles efectos negativos por un exceso de turistas, y ayudar en el mantenimiento de las ciudades, lo cual también redunda en una mejor imagen exterior».
La propuesta de Compromís pasa porque las Corts valencianas legislen esta llamada tasa turística de competencia autonómica y delegue a los ayuntamientos la capacidad de activarla o no.
