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Del activismo a la política

José de Lamo repite tras ser director general de Igualdad en la Diversidad y Luisa Notario es la primera concejala lesbiana «visible» del Ayuntamiento de València

Del activismo a la política

Han pasado de la trinchera al Gobierno. Del activismo a la política. Y están encantados, porque lo suyo no es ver la vida pasar y quedarse de brazos cruzados. Se conocieron cuando empezaba el siglo XXI y han coincidido en puestos de responsabilidad y coordinación en Lambda, el colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales. Se casaron el mismo día -el de la visita del papa a València- y sonríen al recordarlo. Son amigos. De los que se quieren y respetan. De los que se admiran. Ella es Luisa Notario y es la primera concejala lesbiana «visible» del Ayuntamiento de València. «Y ojo que estamos en el año 2019», apunta. Él es José de Lamo y repite como alto cargo del Consell tras cuatro años como director general de la Agencia Valenciana de Igualdad en la Diversidad, un organismo dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Alguien más les une. Se llama Sergi Campillo. Luisa Notario fue su asesora en el Ayuntamiento de València la lesgislatura pasada y en ésta ocupan despachos contiguos. José de Lamo es su marido.

Los dos protogonistas de este reportaje sitúan el paso al activismo en un armario. Ese que se abre para que salga el «yo» guardado en secreto. Se abrió el armario y llegó el empoderamiento. «Yo salí del armario tarde, con 29 años, y al poco tiempo de que mi familia conociera mi realidad decidí acercarme a Lambda con mi pareja para ver en qué podíamos colaborar. La realidad de las personas transexuales fue lo que más nos llamó la atención», explica Luisa. José salió del armario a los 21 años y un año después se acercó «por curiosidad» al grupo universitario donde encontró gente «muy involucrada y crítica» que le transmitió «una inquietud por mejorar la vida de las personas». Y así, de puntillas, llegaron al activismo y alcanzaron puestos de responsabilidad en un época dura -las mayorías absolutas de un PP liderado por José María Aznar en el Gobinero central , por Francisco Camps en la Generalitat Valenciana y por Rita Barberá en el ayuntamiento en València- donde hubo dos momentos clave en sus vidas: la aprobación del del matrimonio igualitario por parte del Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapaterio (2005) y la visita del papa a València un año después.

Para cambiar las cosas hay que dejarse ver, hay que desnudarse ante el mundo y perder la vergüenza. Visibilidad es una de las palabras que más resalta el colectivo Lgtbi. Y ahí estaban Luisa Notario y José de Lamo mostrándose al mundo en un día íntimo para situar en el mapa de la diversidad a una València bien distinta a la que los dirijentes políticos del momento querían mostrar. Y ese mismo día, en una ciudad volcada en la visita de Benedicto XVI, Luisa y José se dieron el «sí quiero» con sus respetivas parejas en un casal fallero. «Llegó un momento que nos daba lo mismo el lugar porque habíamos pedido todos los espacios públicos posibles para celebrar las bodas y la denegación era sistemática. El PP no quería que nos casáramos y puso en marcha toda la maquinaria posible para impedirlo. De hecho, la última denegación llegó el miércoles por la tarde y nos casábamos el domingo. Habíamos pedido un instituto donde ya se había casado una pareja homosexual así que había un precedente, pero ni por esas», explican. Y sonríen al recordar un momento ya pasado y unas reivindicaciones que hoy son historia. «Quisimos mostrar la mundo que València era más que una ciudad visitada por el papa. Quisimos mostrale al mundo que las persoans homosexuales nos podíamos casar, que eso existía y que no se acababa el mundo, ni la familia, ni nada de nada», explican.

Militantes de base

Y así, Luisa Notario y José de Lamo convirtieron un acto privado en uno político y siguieron la batalla como activistas. Trabajo, trabajo y trabajo. Y llegó el momento de pasar a la militancia de base. Los dos eligieron Iniciativa del Poble Valencià, una de las tres patas que conforma la coalición de Compromís. Fue en 2014. Lo que comenzó como un paso más sin mayores expectativas supuso un salto a la política.Los activistas quieren participar en política, que sus reividnicaciones se tengan en cuenta. Los políticos tiene el poder de hacerlo. El salto no es baladí. La responsabilidad tampoco. «La política te permite actuar directamente. Mejorar la vida de las personas. Incidir y generar políticas. Hemos hecho la ley trans (integral del reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género en la Comunitat Valenciana) y la ley valenciana de igualdad Lgtbi. Se establecen prioridades y se abordan los objetivos», explican.

Y la mirada activista llegó al gobierno. Y llegó para quedarse. De Lamo repite. Notario es concejala por primera vez. Dejarán huella en política. Igual que la dejaron como activistas. Porque aún queda mucho por hacer. Y ellos lo saben bien.

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