Las playas de València han vuelto a cerrar este jueves. Una vez más en las últimas semanas, el alto nivel de bacterias fecales presente en el agua ha obligado al consistorio valenciano a tomar la drástica decisión en, al menos, tres ocasiones. Sin embargo, el origen del problema todavía no está claro.

En este último cierre, el de las playas de la Malva-rosa y la Devesa, la bacteria Escherichia coli es la culpable de la restricción al baño. La Escherichia coli (E. coli) es una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino del ser humano y de otros animales.

La bacteria E. coli también es la causa más frecuente de infección urinaria y, en menor medida, de otras infecciones como meningitis en el neonato o infecciones respiratorias.

Entre los tipos de Escherichia coli que producen gastroenteritis, "el más destacado por su patogenicidad es el denominado E. colienterohemorrágico, que produce un cuadro que va, desde dolores estomacales, hasta vómitos y diarrea, en muchas ocasiones sanguinolenta. Generalmente no hay fiebre o esta es baja y, la mayoría de los pacientes, se recupera en una semana", expone el doctor José María Marimón. El especialista aclara que algunas infecciones son suaves mientras que otras pueden ser muy graves.

Entre los síntomas de una infección por E. coli se encuentran la diarrea (puede variar de leve a grave con sangrado), los cólicos abdominales, las náuseas o los vómitos.

El agua contaminada puede encontrase detrás de los altos niveles de E. coli en las playas de la ciudad, según la hipótesis que baraja el propio consistorio. La presencia de E. coli en materia fecal humana y animal puede contaminar el suelo y el agua de superficie. Aunque los sistemas de depuración y potabilización de aguas urbanas cuentan con herramientas como el clorado, la luz ultravioleta y el ozono para matar la E. coli, en este caso, las bacterias podrían haber sido arrastradas a través de los sistemas de riego de las zonas de campo hasta la desembocadura de los mismos en la Gola de Puchol.

Trucos para evitar infecciones

La E. coli está presente de forma destacada en alimentos como la carne picada (en el proceso de triturado las bacterias del intestino contagian otras zonas), la leche no pasteurizada (la bacteria se encuentra en las ubres y al ordeñar entra en contacto con la leche) y los productos frescos vegetales (como resultado de vertidos).

Para reducir las posibilidades de estar expuestos a la E. coli, ante la que no hay vacunas ni medicamentos, podemos cocinar a alta temperatura los alimentos (si eres de esas personas que disfruta de la carne rosada y cruda, estás especialmente expuesto), beber leche o zumos siempre pasteurizados (es el tratamiento que asegura la salubridad de este tipo de alimentos) y lavar con especial detenimiento las verduras, especialmente aquellas de hoja.