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El director del Cartográfico pide salvar la Garrofera con el excedente de las Arenas

Xavi Navarro advierte que la extracción en Sueca provocará una grave afección en la fauna marina

El director del Cartográfico pide salvar la Garrofera con el excedente de las Arenas

Mientras la línea de costa de la Garrofera, el Saler y Arbre del Gos ha ido continuamente en regresión, la playa de las Arenas fue creciendo año tras año. Actualmente, en la zona más pegada al Puerto de València la línea de costa acumula ya 280 metros de arena debido a la contención que supone la estructura portuaria al hacer las veces de dique, lo que no permite que las corrientes desplacen el sedimento hacia el sur. Así, mientras el macroproyecto de la Dirección General de Costas propone la obtención de arena para la regeneración de la Garrofera de un yacimiento submarino frente a Sueca, los detractores de este plan en pro de obtener la sedimentación de las Arenas, han comenzado a manifestarse. Entre ellos el director del Instituto Cartográfico de València (ICV), Xavi Navarro, quien advierte que la extracción de la arena submarina supondrá graves problemas en cuanto a la destrucción de la fauna y la vegetación marina que allí se encuentre, tal como apunta Costas en su informe de Impacto Ambiental. El documento señala que, tras la prolongación de la Gola de Puchol en 50 metros hacia el mar para evitar que la arena allí depositada se desplace hacia el sur, las comunidades de fitoplancton no tendrán capacidad de recuperación, ya que la zona quedará cubierta por materiales duros, por lo que el área afectada (con una superficie de más de dos millones de metros cuadrados) será colonizada por comunidades marinas de características totalmente diferentes. Un «efecto antrópico sobre el medio que se podría evitar» al repensar una aportación sedimentaria natural, señala Navarro.

Con el visor cartográfico en la mano, el director del ICV señala la «evidencia del sobrante» de sedimentación en la playa de las Arenas, así como en la del Cabanyal y Malva-rosa, frente a la regresión de la línea de costa de la franja sur. Desde su punto de vista, «no es viable mantener la playa de las Arenas» en la situación actual, por lo que propone que esta se convierta en la fuente de arena para devolver a la Garrofera y el Saler la línea de costa de 1965. Así, señala las continuas ampliaciones del Puerto de València como el verdadero «causante» de la regresión de la franja del sur. Es por ello que propone que el presupuesto a invertir provenga, en cierta medida, de la aportación económica portuaria. «¿No podemos sacar la arena del sobrante de nuestras playas sin destruir el fondo marino?», se pregunta Navarro.

Un «planteamiento antiguo»

Pero lo cierto es que este es un planteamiento que debe estudiarse con detenimiento. A criterio de Miriam García, colaboradora en el Pla Metropolità de la Generalitat Valenciana, lo primero es conocer si la granulometría de las Arenas es compatible con la de la Garrofera. De no serlo, la regresión de la línea de costa sería inminente. Aunque sí es cierto que reconoce que basar el proyecto únicamente en la aportación de arena y la construcción de un dique de contención es un «planteamiento antiguo» que no se adapta a los cambios del calentamiento global que continuarán erosionando la playa. Defiende, por tanto, la urgencia de un planteamiento que obtenga «ecosistemas resilientes» como con la creación de «arrecifes sumergidos que permitan generar vida para la fijación al suelo de la vegetación», que haga las veces de barrera y ayude a «evitar la regresión de la costa».

«El cambio climático y la subida del nivel del mar no es algo futuro, ya está aquí», advierte el concejal de Compromís en el Ayuntamiento de València, Sergi Campillo, quien apuesta, además, por la regeneración dunar para evitar posibles inundaciones ante temporales. «La regresión de las costas tiene difícil solución porque el Túria ya no aporta sedimentos». Además, señala las construcciones en primera línea de costa, en especial la del hotel Sidi Saler, como otro de los causantes de esta regresión. Estas edificaciones impiden que «las dunas actúen como regeneratorio de arena natural para que, en caso de temporal, ayude a la estabilidad de las playas».

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