Los sábados por la tarde en el centro de València son, desde hace ya tiempo, pura animación. Invita a adentrarse en el callejeo. Pero ayer esta presencia se multiplicó exponencialmente. Porque la Gran Nit, tras años de nacimiento, desarrollo y consolidación, es una oferta atractiva que enriquece el día. Dicho de otra forma, no cabía un alma por las calles en la hora punta, que no fue hora, sino horas. La oferta es curiosa y bebe de buenas fuentes: pasear y encontrarte atracciones musicales. Escucharlas un rato, irse, encontrar otra... y así sucesivamente. Todo empezó con la cabalgata de inauguración, un mezcladillo donde el ton y el son se confunde, como se confunden tipos valencianos ("Nelet" y "Quiqueta") con submarinos o animales jurásicos. Qué más da, porque no hace falta un guión. Simplemente, asomarse, verlos, que los niños jueguen un poco y a otra cosa. La gente, como es sabia, se concentró en la plaza de la Reina y en San Vicente, huyendo de la "chicharra" que todavía apretaba.

La Plaza del Portal Nou, allá donde se planta la falla de Na Jordana, acogió uno de los momentos estelares. La mini-mascletà es ya casi un fenómeno pirotécnico y no es de extrañar que, cada vez más, se reclame. Porque ahora son "macro-mini". Durante cinco minutos, Caballer FX llevó, a una endiablada velocidad, una versión reducida de lo que se dispara en cualquier fiesta grande. La ubicación fue un acierto, porque la plaza pica ligeramente hacia abajo y la margen del río hace casi de mini-grada. Que es el gran problema que tienen estos disparos: haría falta un remedo de "estadio" para verlo en toda su plenitud. Aún así, la gente vibró.

Otro punto importante fue la plaza del Patriarca, donde se anunció el Tributo a Mecano. Hubo un tiempo, décadas atrás, en que las versiones de los grandes éxitos te los vendían en casetes y lo considerabas un timo. Ahora, el "tributo" consiste en lo mismo, pero con público y entregado. La gente lo busca y se lo pasa bien. En este caso, además, original: con voces corales.

Como llena estaba la del ayuntamiento con el macro concierto organizado por La 97.7 Radio Levante y que se prolongó hasta bien entrada la noche y que tuvo su remate con La Habitación Roja.

Hasta bien entrada la noche como los museos. Que estando a disposición todo el año, basta con una oferta diferente para, de repente, tener una animación inesperada. Colas nada habituales en algunos de los espacios y oferta para entrar en ellos incluso bien pasada la medianoche.