Una dotación de Bomberos tuvo que cerrar la calle Conde Altea, en su tramo entre Joaquín Costa y Císcar, para llevar a cabo una tala de urgencia de uno de los árboles, que se había escorado de uno a otro lado de la calzada y amenazaba con irse al suelo y caer sobre los automóviles aparcados. Se trata de una situación que ya pasó días atrás en la calle Císcar y afecta a árboles de crecimiento rápido que no han sido suficientemente podados, lo que provoca un exceso de peso y el peligro de caída. La circulación estuvo interrumpida hasta que se desbrozó completamente, quedando apenas el tronco.