«Es la obra que mejor ritmo lleva» aseguraba ayer el concejal Carlos Galiana, cuando visitaba el descampado donde se instalará los domingos y festivos la venta ambulante de objetos de segunda mano. Dicho de otra forma, el «Jardín de Rastro», que es como se denominará. Del Rastro, porque es su denominación tradicional, y jardín porque también será una zona ajardinada para que el barrio pueda disfrutarla durante el resto de la semana.

La nueva plaza ajardinada está situada en la confluencia de la avenida de Tarongers con la calle Lluís Peixó. El importe de la obra asciende a 1.042.843,24 euros y el proyecto contempla una nueva zona verde de más de 12.000 metros cuadrados. Es una zona en forma de bota, situada entre el Tanatorio de Serrería y el polideportivo de Beteró.

La previsión es que se cumplanlos plazos previstos, que indican que las obras finalicen el 13 de noviembre (que no es día de Rastro todavía). Actualmente se ha realizado el 70 por ciento del vallado exterior, todos los alcorques, puesto que la zona dispondrá de 98 árboles nuevos, así como uno que ya existía previamente, y que compondrán un bosque de 99. Asimismo, ya se han efectuado todas las canalizaciones de riego de los árboles, los viales del paseo dentro del jardín y los suministro de luz para las faroles de la zona peatonal.

Para aprovechar al máximo el espacio, la obra también será un parque para los vecinos de BEteró. Además de los árboles habrá un espacio de juegos infantiles, un área de socialización animal y aparatos de mantenimiento fitness y salud. En el proyecto para el nuevo Rastro se prevé que puedan ser ubicados 517 puestos de venta; y el diseño del espacio y la disposición del arbolado previstos permiten que prácticamente todos los puestos tengan un árbol cercano.

La nueva zona ajardinada está vallada y se cerrará por la noche de manera que habrá control sobre los accesos de las personas y los vehículos autorizados además de evitar que se convierta en zona de botellón.