El proyecto 'Un verano diferente', en el que un total de seis colegios diocesanos han abierto sus puertas durante un mes para atender y alimentar a alumnos, así como a niños de familias sin recursos, concluye después de haber acogido a más de 400 escolares.

Este proyecto, promovido por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y que se ha puesto en marcha por tercer año consecutivo, ha sido organizado por la Fundación San Vicente Mártir-Colegios Diocesanos, Cáritas Diocesana y la Universidad Católica de Valencia (UCV). La idea fue puesta en marcha "en un afán de preocupación por parte del Cardenal por la sociedad y por la crisis, que, aunque parece menor sigue afectando a algunos de nuestros centros", según las mismas fuentes que han destacado que "una de las finalidades de la educación católica (plasmada en el Carácter Propio de los Colegios Diocesanos) y, junto con ella, de la Iglesia universal, es dar respuesta a las personas con necesidades".

El objetivo es que "los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en edad escolar hayan podido seguir recibiendo la beca de comedor durante el periodo en que los centros educativos mantienen cerrados los comedores escolares". Se trata de menores "cuyas familias son atendidas de forma habitual por la Cáritas parroquias de su barrio", según fuentes de la organización.

Así, "esta iniciativa pretende ofrecer una alternativa, un tiempo donde este alumnado pueda compartir experiencias, aprender y divertirse mediante el juego y el diálogo, cuidar hábitos de higiene y fomentar rutinas saludables, entre otras actividades"

Desde la Fundación Colegios Diocesanos destacan que "se trata de una iniciativa ya consolidada", en la que tres entidades "hemos estado trabajando para que los niños puedan tener un verano diferente, sentirse vivos y cercanos a la palabra de Jesús", en la línea de la exhortación apostólica del papa Francisco a los jóvenes 'Christus Vivit', en la que invita a "vivir y estar vivos".

En este sentido, añaden, "hemos 'misioneado', tal como anima el pontífice, no sólo con los alumnos, sino también con los más de 200 voluntarios, que han dedicado, por turnos, su tiempo de forma 'totalmente altruisita' y cuyo papel ha sido fundamental en el proyecto".

Entre los voluntarios han participado profesores de los centros, alumnos de la UCV que han recibido durante todo el año formación en materia de voluntariado, así como antiguos alumnos de los colegios diocesanos que, una vez concluida su etapa en los centros, "regresan en su tiempo de verano para colaborar".

En total, esta edición han tomado parte 6 colegios, San Marcelino, Santiago Apóstol (Escalante), Santiago Apóstol (Dr. Olóriz) y Nuestra Señora de los Desamparados de Valencia; San Antonio de Padua II de Catarroja; y Sant Roc d'Alcoi.

Desde la organización también han destacado la gratitud expresada por las familias a las que se les ofrece la posibilidad de “dejar a sus hijos en un ambiente escolar donde se les educa en hábitos saludables, realizan actividades, tanto lúdicas como reflexivas y al mismo tiempo se les ofrece alimento”.