A medio camino entre un patinete eléctrico y un ciclomotor tradicional, el Citycoco Last Mille es un modelo de transporte eléctrico que, pese al desconocimiento de muchos usuarios, requiere de licencia AM para poder circular por vía pública, así como su matriculación y seguro en vigor. Un joven de 27 años fue parado de madrugada a principios de semana por agentes de la Policía Local de València cuando iba en este potente patinete, que cuenta con un motor eléctrico de 1.400 W y llega a alcanzar una velocidad máxima de entre 40 y 50 kilómetros por hora.

Tras celebrarse un juicio rápido por un delito contra la seguridad vial el conductor de este híbrido entre patinete y ciclomotor aceptó ayer una pena de tres meses de cárcel por circular sin haber obtenido el permiso necesario para conducir esta clase de ciclomotor.

La pena de prisión le será suspendida al carecer de antecedentes y ser inferior a los dos años de cárcel, no obstante en caso de reincidencia ya le contaría como antecedente y podría ser efectivo su ingreso. Según las fuentes consultadas por este periódico, el transporte en cuestión está catalogado como L1 E y por lo tanto se le considera ciclomotor. Asimismo, es obligación del vendedor informar al comprador de que requiere de permiso para conducir ciclomotores y circular con el Citycoco, aunque en muchas ocasiones se omite esta característica fundamental.

Multa o trabajos a la comunidad

En este caso al joven conductor le ha salido muy caro, y ya no por la posible multa por carecer de seguro. El Juzgado de Instrucción número siete de València, en funciones de guardia, le ha impuesto una pena de tres meses de cárcel -cumplimiento que le será suspendido- por un delito recogido en el artículo 384 del Código Penal. En el mismo se castiga con pena de tres a seis meses de prisión, con multa o con trabajos en beneficio de la comunidad conducir un ciclomotor sin haber obtenido nunca el permiso de conducción.

Según la ordenanza de movilidad de València, el híbrido de patinete y ciclomotor con el que el joven circulaba por la avenida General Avilés de madrugada, que cuenta además con un asiento para un acompañante, no puede considerarse Vehículo de Movilidad Personal (VMP).