El Ayuntamiento de València ha renunciado a la presidencia de la Junta de Desagüe del lago de l'Albufera, que retorna al vicepresidente de la misma. La competencia la ostentaba hasta ahora el alcalde Joan Ribó, aunque delegada en Sergi Campillo, concejal de Devesa-Albufera. La decisión se materializó hace apenas una semana, en plena polémica por el descenso del nivel del agua y una investigación abierta por Fiscalía para determinar responsabilidades penales. «No se dan las condiciones para ejercer de presidente», explicaba Campillo, que en este mandato suma a sus funciones al frente de Devesa-Albufera la condición de vicealcalde. Además, avanzaba que el consistorio «está en período de reflexión sobre la mejor manera de gestionar las compuertas».

Campillo incidía en que ante la crisis abierta tras la advertencia de Fiscalía para que se cumplan los mínimos establecidos, «es mejor que la institución - refiriéndose al consistorio-, tenga total independencia respecto a la Junta de Desagüe». El ministerio fiscal, además, instó seriamente a la Conselleria de Agricultura y Emergencia Climática para que impusiera multas coercitivas a los responsables del bombeo de agua de la laguna hacia el mar. Una posterior denuncia revelaba que la bajada de agua no fue algo aislado como defendían desde la Junta de Desagüe. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar enviados a Fiscalía, durante cuarenta y ocho días en dos meses los niveles estuvieron por debajo de los diez centímetros obligatorios.

Campillo confiesa que envió, sin éxito, varios requerimientos a la Junta de Desagüe al detectarse el alarmante descenso del agua de la laguna. Como ya publicó Levante-EMV, hubo días del mes de junio donde incluso se descendió hasta los 3,2 centímetros, cuando la administración autonómica estableció para esta época del año un mínimo de diez centímetros. Solo cuando trascendió lo que estaba ocurriendo la Junta de Desagüe rectificó y los niveles se reestablecieron a partir del 5 de julio. En un comunicado, la Junta de Desagüe aseguró que el incumplimiento solo se había producido algunos días e incluso habló de «una mano negra».

El vicealcalde argumenta ahora que la decisión tomada por el consistorio de delegar la presidencia se toma para «ejercer una labor de control sobre la Junta de Desagüe, que ya se hacía por supuesto pero que a partir de ahora será completamente independiente y se hará de una forma más clara». Como se recordará, una de las opciones que baraja la consellera Mireià Mollà, también de Compromís, es que la gestión de las compuertas y las bombas de desagüe sea compartida y mecanizada. Es decir, que la única potestad sobre ellas no recaiga en la Junta, como viene ocurriendo desde su constitución en 194, sino también en su departamento.

Según la Ordenanza para el Desagüe del Real Lago de l'Albufera, «la presidencia solo podrá ser delegable en el vicepresidente», que en este caso es José Pascual Fos Pérez.