El alcalde de València, Joan Ribó, defendía ayer la subida de la tasa del alcantarillado para, junto a créditos solicitados al Banco Europeo de Inversiones (BEI), poder financiar inversiones como la modernización de colectores y el final del viejo cauce del río Turia.

Y recordaba que desde que el consistorio redujo la deuda, salió del plan de ajuste y pudo financiar inversiones, ya financian con créditos del BEI la compra de autobuses, y también han pedido préstamos para mejorar la red de alcantarillado, que no se mejoraba desde «hace muchos años» y que ha sufrido problemas como el atasco por las toallitas.

«Pero hay otros problemas más serios por resolver», añadía citando como ejemplo el arreglo del final del viejo cauce del río Turia, que necesita «una inversión muy fuerte». «Queremos pedir créditos importantes y, a la vez, aumentar una tasa que hace más de veinte años que no se toca para financiar este tema», señalaba.

En el mismo escenario, aprovechaba para instar al Gobierno a modificar la Ley de Mecenazgo que hace «muy difícil, no imposible» poder cobrar el IBI a la Iglesia, así como a contemplar aspectos como la competencia desleal de algunas instituciones de la Iglesia, circunstancia que la UE tiene muy en cuenta.

En cuanto a la polémica suscitada por un video difundido por Pacma con malos tratos en una jornada de «tiro y arrastre», señalaba que la tendencia del Ayuntamiento es «ir suprimiendo paulatinamente todos los elementos que supongan una agresión a los animales, porque corresponde a la nueva forma de pensar de los seres humanos».