Después de cuatro años en los que vivienda pública y de alquiler accesible se quedó fuera de las prioridades del Govern de la Nau, el ejecutivo heredero merced al Pacte del Rialto ha convertido esta materia en uno de sus pilares de actuación. Compromís y PSPV tienen mucho por hacer, por lo que tampoco hay tiempo que perder tras cuatro años claramente insuficientes. El punto 27 del acuerdo que dio pie al nuevo gobierno señala: «Pondremos en marcha un plan de impulso de la vivienda pública y de alquiler asequible para permitir reducir los problemas de acceso a ésta, especialmente entre jóvenes y clases medias trabajadoras».
En este sentido, la nueva concejala de Vivienda, Isabel Lozano, asegura que el Ayuntamiento de València está tramitando ya la reforma de 26 viviendas públicas en el Cabanyal-Canyamelar a través de los programas ARRU y PIP, por un importe de 2,84 millones de euros y para destinarlas a alquiler asequible. Precisamente este barrio marítimo es uno de los que más está sufriendo el incremento de precios para arrendar casas y pisos, con un panorama que se acerca peligrosamente al escenario de la temida burbuja.
Las 26 viviendas -además de 8 locales comerciales- que se van a poner a disposición de quienes menos recursos tienen llegarán en los próximos meses. En total se intervienen en catorce edificios que formaban parte del antiguo plan del Partido Popular para derruirlas. Ahora se han recuperado para, precisamente, revitalizar el barrio.
Los expedientes administrativos de estas obras se encuentran en varias fases, ya que cada caso es diferente. Así existen viviendas donde ya están los trabajos en ejecución, mientras que otras están en la fase de licitación.
Una segunda vida
«Apostamos por la rehabilitación y regeneración del Cabanyal y por eso llevamos adelante la reforma de las propiedades municipales que el PP adquirió para derrocar y arrasar el barrio. Ahora, desde el Gobierno del Rialto, damos a estas viviendas típicas del barrio del Marítim una segunda vida», asegura Isabel Lozano sobre este proyecto que ya comenzó a impulsar al final del primer mandato.
En cuanto a las obras, la mayoría se van a desarrollar en inmuebles ubicados en la denominada zona cero del Cabanyal-Canyamelar. Así en la calle Sant Pere hay ocho viviendas que se han visto beneficiadas por este plan; en uno de los edificios los trabajos ya están en ejecución, mientras que en otros cuatro están resolviéndose «temas administrativos menores», como el modificado de un proyecto por la aparición de unas termitas en el forjado de una de las casas. La mayoría se encontraban en un estado avanzado de deterioro.
Otras calles en los que la concejalía de Vivienda está tramitando expedientes de reforma o ya ha adjudicado el contrato de obras son las de Escalante, José Benlliure, Barraca, Padre Luis Navarro, Progreso, Reina o Virgen de la Vallivana.
«Se trata de volver al Cabanyal-Canyamelar la dignidad y de reforzar el esfuerzo de sus vecinos y vecinas al mantener la identidad del barrio y sus tradiciones. La inversión en el barrio no solo evidencia la prioridad del Ayuntamiento por las actuaciones de regeneración y rehabilitación sino que, además, está creando nuevos puestos de trabajo directo y reactivando la economía con la tramitación de los expedientes de reforma de estas viviendas municipales», asegura la edil Lozano.
Las obras para poner en marcha este pequeño parque de vivienda pública en el Cabanyal, se suman a las decenas que están a nivel particular en diferentes calles del barrio y que en muchos casos también cuentan con ayudas del Estado y la Generalitat para la regeneración y rehabilitación del barrio de Poblats Marítims.
