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Patrimonio

El ayuntamiento deja "morir" una alquería de su propiedad a pocos metros de la que le reclama a Adif

La Alqueria de Volante fue donada al consistorio en 1977 y desde entonces tan solo se ha tapiado

El ayuntamiento deja "morir" una alquería de su propiedad a pocos metros de la que le reclama a Adif

Mientras el Ayuntamiento de València reclama desde hace seis años a Adif que rehabilite de urgencia una alquería del siglo XVIII ubicada en la antigua huerta de Malilla, hoy rodeada por hasta cuatro infraestructuras ferroviarias, el propio consistorio incumple su obligación de mantener en correcto estado de conservación otra alquería del siglo XVIII que es de su propiedad desde el año 1977. Lo más sorprendente es que este edificio, la Alqueria de Volante, está solo a unos 300 metros de distancia de la Alqueria de Mantot, propiedad desde 2008 del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Ambas están en completa ruina, aunque la del ayuntamiento no está apuntalada.

Así pues, en la misma antigua huerta de Malilla, ni el Estado (ya que Adif es una entidad que depende de Fomento), ni el Ayuntamiento de València cumplen con la legislación vigente en materia de suelo y rehabilitación de inmuebles protegidos. Ambas alquerías se encuentran entre la V-30 y el Bulevar Sud, encajonadas por una maraña de vías. La de Volante, propiedad del consistorio, quedó administrativamente enclavada en Camí Real tras la construcción de uno de los taludes.

La Alqueria de Volante es un edificio de tres alturas del siglo XVIII, perfecto ejemplo de las viviendas rurales de origen medieval. La familia propietaria del inmueble lo donó al Ayuntamiento de València en 1977, junto a tres hanegadas de huerta colindante. Desde entonces, ningún gobierno municipal ha sido capaz de mantener el edificio y su degradación progresiva provocó el hundimiento de gran parte del tejado. Se optó por tapiar ventanas y el precioso arco de acceso, pero esto no ha impedido que la alquería y las casas adosadas hayan sido ocupadas a lo largo de los últimos años. En la actualidad varias familias están instaladas.

La Alqueria de Volante fue noticia hace unos años cuando el Ayuntamiento de València preguntó por ella en una oposición para subalternos. Fue entonces cuando se descubrió que era propiedad del consistorio, pero ni siquiera esta anécdota sirvió para rescatarla del olvido.

La Asociación de Vecinos de Sant Marcel·lí intentó hace unos años que la alquería fuera incluida en el catálogo de Bienes de Relevancia Local para garantizar su máxima protección; sin embargo no fue aceptada aquella alegación, aunque el inmueble sí mantiene el nivel 2 de protección que se le otorgó en el Plan General de Ordenación Urbana de 1988. La misma catalogación de la que disfruta al Alqueria de Mantot, propiedad de Adif.

Mientras el Ayuntamiento de València aprobó hace un mes una resolución en la que exigía a Adif la rehabilitación de su alquería en cumplimiento de la legislación vigente, el propio consistorio mira hacia otro lado en el caso de su propia alquería, situada a pocos metros de la que tiene el gestor ferroviario. La ubicación de ambas, en una zona de solares degradados y junto a la futura construcción del nuevo barrio Turianova, todavía complica más su supervivencia, pues al no estar rodeadas de viviendas las administraciones no consideran prioritaria su recuperación.

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