Si bien la ciudad de València no es una de las capitales con mayor índice de criminalidad (así lo abanderó en junio el alcalde de València Joan Ribó con datos del Eurostat que situaban a la ciudad como una de las más seguras de toda Europa), la capital del Túria asciende posiciones si se tiene en cuenta el aumento de las infracciones penales. En concreto, se intensificaron en un 9,2 % durante el primer trimestre de 2019 con respecto al mismo período de 2018, compartiendo un cuestionable podium con Málaga y Barcelona.
Esta última ha copado titulares en las últimas semanas. La polémica sobre la inseguridad de la ciudad saltó a la palestra como una «crisis de seguridad» que, por otra parte, tampoco creen que pueda ser irreversible y que, además, se encargaron de desvincular del turismo para, por otro lado, relacionarlo con la población más vulnerable y el índice de pobreza.
Las infracciones penales siguen en un continuo crecimiento en la capital del Túria, especialmente a partir de 2016, año en el que las denuncias penales pasaron de ser 4.945 a 11.585 en los tres primeros meses de 2015 y 2016 respectivamente. Estas cifras se habían mantenido estables en los últimos tres años, no superando las 11.700 denuncias. No obstante, este primer trimestre el repunte ha sido más que evidente. El aumento ha sido considerable, concretamente de un 142,6 % en seis años (más del doble), ya que en 2013 los delitos apenas superaban los 5.000.
Por tipo de delito, fueron los atentados contra la libertad e indemnidad sexual los que más han crecido en los últimos años, registrándose 94 en 2019 y 76 en 2018, una variación del 23,7 %, por delante de los homicidios (14,3 %) o los robos con violencia (8,2 %).
El símil entre Barcelona y la capital del Túria se encuentra al analizar el carácter de estas infracciones. Cuantitativamente, son las denuncias por hurtos las que año tras año ostentan el primer puesto, al menos desde 2013, cuando los datos recogidos por el informe de criminalidad del Ministerio del Interior empiezan a desdoblarse no solo por autonomías o provincias, sino también por municipios. Durante el primer trimestre de este año los hurtos ya ascendían a 5.468, mientras en el mismo período de 2018 el número cae hasta los 5.038. Cifra que supone un aumento del 8,5 % en solo un año, si bien es cierto que durante todo 2018 se denunciaron 19.145 hurtos, frente a los 18.624 de 2017.
Le siguen de cerca los robos con fuerza registrados en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. En el primer trimestre de 2019, de hecho, se registraron 715 denuncias a este respecto, un 11,7% más que en 2018, cuando el número caía a los 640 en el mismo período, aunque en todo 2018 se denunciaron 2.767 forcejeos, un 14,3 % más que en 2017 (entonces fueron 2.420). Unas cifras que han disminuido considerablemente desde 2013, cuando este tipo de infracciones llegaron a ser 1.723 solamente en los tres primeros meses del año.
Las denuncias, de hecho, empezaron a decrecer en 2014, cuando cayeron a las 1.559.
