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Zona verde

Un verano a la sombra del Jardí Botànic de València

La vegetación del jardín ayuda a bajar las temperaturas e invita a disfrutar de la naturaleza los últimos días de vacaciones

Un visitante paseando a su nieto por el recinto. eduardo ripoll

Cruzar una puerta y encontrar un oasis. Esa es la sensación al entrar en el Jardí Botànic de València, que situado en plena ciudad, supone un espacio ajeno al tráfico y el barullo de la capital. Sin embargo, al entrar hay algo que sorprende más que la tranquilidad, y es el notable cambio de temperatura con respecto a la calle, donde los termómetros superan los 30º.

Los árboles del espacio, una gran parte de ellos centenarios y de impactante tamaño, suponen una barrera contra el calor que ha sido protagonista estos últimos meses. Familias disfrutando de un paseo, un hombre aprovechando la sombra para dibujar los ejemplares del jardín o niños jugando con los peces de las fuentes, pintan una imagen idílica de un lugar donde pasar un día de verano. Además de la tranquilidad y belleza de la colección de flora expuesta, las exposiciones que forman parte de la oferta cultural del centro acercan a los visitantes a la complejidad del mundo natural, mientras tratan de conseguir una tarea de sensibilización ambiental.

El Botànic es considerado como uno de los puntos más emblemáticos la ciudad y un lugar de gran interés turístico, además de ser un Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 2006. Con una colección de casi 5.000 ejemplares de árboles y plantas, este jardín es una alternativa a los destinos veraniegos de piscina y playa, donde disfrutar de un lugar natural histórico sin salir de la urbe.

Las cuatro hectáreas que componen el jardín están cubiertas con árboles centenarios, especies de orígenes lejanos, y miles de plantas que difieren en colores, texturas, formas y tamaños. Pero esto no es lo único que llama la atención del lugar, ya que la arquitectura de los invernaderos destaca entre el espesor de la flora y le añade valor a la escena.

Un oasis doble

Con las recientes pérdidas causadas por los incendios en lugares de vital importancia como el Amazonas o, sin ir más lejos, en el paraje de Gran Canaria, los jardines botánicos de las diferentes ciudades suponen un «oasis» alejado del peligro para miles de especies que, estén o no en peligro de extinción, se encuentran en lugares naturales abiertos y expuestos a factores de riesgo como, por ejemplo, el fuego.

Estos jardines son un apoyo a la reserva de especies, sin embargo solo son una pequeña muestra de la compleja realidad. Los estragos causados por el fuego estas semanas suponen una pérdida masiva de ejemplares de plantas y animales que, al menos en el caso del Amazonas, es posible que jamás se puedan volver a recuperar. Estos devastadores eventos dejan ver la importancia de la función divulgativa y de sensibilización ambiental que se lleva a cabo en muchos de los jardines botánicos de todo el mundo, entre otras instituciones. El Jardí Botànic de València se enmarca también como ejemplo de apuesta por la difusión de la diversidad vegetal y su importancia.

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