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Un Coloso de Rodas en la Plaza del Mercado

La fiestas por la celebración de la beatificación se celebraron casi un año después por falta de fondos en las arcas de la ciudad. Se pensó en unas fiestas sencillas, pero el pueblo quiso que fueran las mejores para homenajear al Patriarca

Un Coloso de Rodas en la Plaza del Mercado

Exactamente hoy, hace 222 años se «plantó» un gigante en la Plaza del Mercado de València, un Coloso de Rodas de casi 16 metros de altura, pagado por el «Cos de Botiguers de Especies» durante las fiestas de beatificación de San Juan de Ribera que se celebraron en nuestra ciudad durante los días 26, 27 y 28 de agosto de ese año.

El gigante fue construido por el escultor morellano Joaquín Doménec en el huerto del Convento de San Francisco, que estaba situado en la actual Plaza del Ayuntamiento. Realizado en varias partes, el Coloso fue tomando cuerpo, primero se dio forma al cartón piedra, se secó al sol y se pintó de color bronce como si una figura de dicho metal se tratara. Por el huerto pasaron niños, ciudadanos, militares y por supuesto los frailes del convento curioseando la obra efímera del maestro Domenec. Tras días de trabajo con el intenso calor de agosto, todas las piezas quedaron terminadas y el día 21 partieron las piezas llevadas por carpinteros y soldados con dirección a la Plaza del Mercado.

El encargado del ensamblaje fue Antonio Burell ayudado por un ejército de carpinteros; lo primero que se montó fueron los dos peñascos sobre los cuales se apoyarían sus pies, se construyó un alto andamiaje y con «corriolas» fueron levantadas las piernas. Dos días duró esta operación, las piernas harían de arco triunfal y permitirían el paso de los carros triunfales de la fiesta entre ellas. Para montar el cuerpo fue necesario un día y otro más para colocar la cabeza. Montado el gigante, se le colocó una corona de laurel, un carcaj con seis flechas y un arco, su cuerpo desnudo solo fue tapado por una banda de color rosa con una franja de color plata atada a su cintura y fueron retirados los andamios.

Fue la admiración de valencianos y visitantes, nunca habían visto algo semejante, los niños tenían miedo y algunos labradores no querían pasar entre sus piernas.

Terminados los tres días de fiesta, el coloso permaneció en pie un día más y el 30 de agosto empezó su desmontaje, quitaron los peñascos y quedaron al aire sus apoyos, se le ataron cuerdas en las piernas para ayudar a su derribo, en cuanto cayó al suelo y quedó destrozado, la chavalería de la época aprovechó para coger trozos del gigante como recuerdo, los restos que quedaron fueron quemados.

Pero no solo los Botiguers de Especies fueron los que participaron en las fiestas al beato, los Maestros de Coches realizaron una fortaleza como adorno de la cabalgata en la Plaza de Santo Domingo donde se realizó un asalto con barcos a las cuatro de la tarde del día 28 de agosto.

Juan de Ribera fue beatificado por Pío VI el 18 de septiembre de 1796, 185 años después de su fallecimiento, fueron presentados 2.366 folios donde se reflejaban todas sus virtudes, sus vastos conocimientos, así como sus dotes de gobierno políticos y militares. Ese día la basílica de San Pedro fue engalanada con damascos con galones dorados y cuadros representando los actos de santidad de Ribera y al fondo, su retrato de cuerpo entero.

El acto de beatificación trascurrió en dos partes, la de la mañana donde se leyó el Breve, se descubrió el retrato del Beato y después del Te Deum, todas las campanas de Roma anunciaron el acontecimiento. La de la tarde, donde el Papa Pío VI bajó a la Basílica y después de adorar el Santísimo Sacramento y al nuevo Beato Juan de Ribera, recibió un ejemplar de La Vita de B. Giovanni de Ribera, Patriarca di Antiochia, Arcivescopo de Valenza y Vice-Ree, Capitano Generale di tuto el suo Regno, de manos de su autor P. Castrillo.

La razón de que las fiestas en honor a su beatificación se realizaran casi un año después, fue debido a los pocos recursos que la ciudad tenía en sus arcas; se habían adelantado Sevilla, ciudad natal del Beato y Badajoz, donde fue obispo; las autoridades en cierta manera se vieron obligadas a esta celebración por la presión ciudadana y por tratarse de un hijo adoptivo de la ciudad. Así, prepararon en un principio unas fiestas modestas, pero tuvieron que rectificar de nuevo, otra vez por la presión popular y realizar unas fiestas del nivel que merecía su protagonista.

El día 26 de agosto comenzaron las Fiestas en honor al Beato Juan de Ribera a las 8 de la mañana con un vuelo de todas las campanas de la ciudad. Por la tarde se celebró una gran Cabalgata con danzas como la de los Currucatos, grupas de Labradores, banderas y carros triunfales de la mayoría de Oficios.

El domingo 27 de agosto comenzó con una misa en la Catedral, oficiada por el arzobispo Francisco Jiménez del Río, celebrándose por la tarde una espectacular Procesión que inició su recorrido saliendo por la Puerta Románica de la Catedral, de ahí al Palau, calle de Santo Tomás, Avellanas, Mar, Plaza de la Congregación, Comedias hasta la esquina de la Universidad donde se dividió, una parte, la de los acompañantes de los Oficios fue por la calle de la Universidad y colegio de Santo Tomás hasta llegar a la Plaza de las Barcas donde esperaron a la otra parte de procesión, las Comunidades, Parroquias y Cabildo Eclesiástico que fueron de la esquina de la Universidad hacia el Hospital de los Pobres Estudiantes y por la espalda de la Universidad unirse en la Plaza de las Barcas para proseguir con la Procesión hacia la Plaza de san Francisco, Sangre hasta el Convento de San Gregorio por ser Fundación de San Juan de Ribera, Porchets, Plaza de la Merced, Mercado, Bolsería, Caballeros y finalizando al entrar por la Puerta de los Apóstoles de la Catedral.

El día 28, último día de las fiestas oficiales de celebración de la beatificación de Juan de Ribera, se clausuraron en el Real Colegio del Patriarca con una misa oficiada por Pedro Plá, prior de la provincia de València y predicada por Luis Ballester, Prior del Convento.

Juan Enríquez de los Pinelos, San Juan de Ribera, nació en Sevilla en 1532, su padre ya fue virrey de Cataluña entre 1554-1558 y virrey de Nápoles entre 1558-1571, así como primer Duque de Alcalá de los Gazules, segundo Marqués de Tarifa y sexto Conde de los Molares. A los 25 años recibió las órdenes sagradas y tan solo un año después recibió el grado de Doctor. En 1562 Felipe II lo nombró Obispo de Badajoz, ciudad que siempre lo recordó por su ayuda a la gente necesitada. En 1598 habiendo vacado la dignidad de Patriarca de Antioquía y la de Arzobispo de València por la muerte de Fernando de Loaces, el Papa Pío V le nombró Patriarca el 18 de mayo y el 16 de junio del mismo año Felipe II le nombró Arzobispo de València. El 21 de marzo de 1569 hizo su entrada a la ciudad por la Puerta de Cuarte, siendo recibido por el pueblo, aristocracia y autoridades. Durante su Pastorado celebró seis Sínodos. La mayoría de días celebraba el Santo Sacrificio de la Misa en la Capilla de San Luis de la Catedral de la misma forma que hacía Santo Tomás de Villanueva y terminada ésta se dedicaba a confesar. Amigo íntimo de Luis Beltrán, Nicolás Factor, Gaspar Bono y Francisco de Borja. No era común hallar en una misma persona el gobierno de la Iglesia y del Estado, pero Felipe III decidió nombrar el 28 de octubre de 1602 a Juan de Ribera como Virrey y Capitán General de València, nombramiento que recibió de manos del Conde de Benavente jurando dicho cargo el 3 de diciembre. Murió el jueves 6 de enero de 1611, entre las 3 y las 4, a los 79 años de edad después de haber gobernado la Diócesis de València casi cuarenta y dos años. Tres días estuvo su cuerpo presente en el Real Colegio sobre un túmulo cubierto de alfombras y telas de brocado. Cerró el entierro, una misa de Requiem que celebró el Obispo de Marruecos, con la asistencia del de Segorbe. Terminada la ceremonia fue enterrado en el crucero de su Real Capilla bajo la primera grada que conduce al presbiterio, según dispuso en su testamento de 30 de enero de 1602. Fue canonizado por el Papa Juan XXIII el 12 de junio de 1960.

Cuando hablamos de San de Juan de Ribera, los estamos haciendo del arzobispo más grande que ha tenido València en su historia, puesto que al ser investido Patriarca de Antioquía ésto lo situó, en esa época, directamente detrás del Papa?

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