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Agujero negro de gases contaminantes

La rotonda de Tarongers y la Avenida de Aragón hasta Mestalla ya superan los niveles de NO2 permitidos

«A veces hay que explicar lo obvio, pero a más carriles, más contaminación». Así señala José Manuel Felisi, portavoz de València per l'Aire, el efecto que tendrá la ampliación de la V21. Desde la plataforma que se encarga de medir los niveles de contaminación en la ciudad de València advierten de que la zona de entrada a la ciudad de la V21, concretamente la rotonda de Tarongers y la avenida de Cataluña hasta llegar a Mestalla, se encuentra actualmente superando los niveles de gases contaminantes permitidos.

Según Felisi «si ya tienes una zona saturada de gases que supera los límites permitidos, lo último que tienes que hacer es ampliar más carriles de la autovía». Así, desde la plataforma han afirmado que «los vecinos de los barrios próximos reducirán su esperanza de vida al respirar esta contaminación». Actualmente, según datos de la plataforma, los coches producen el 80 % de las emisiones contaminantes de la ciudad.

Por último, desde València Per l'Aire advierten de que algunas zonas situadas por debajo de los límites de polución podrían superarlos con la ampliación de la autopista. «En la zona de la Universidad Politécnica los niveles están un poco por debajo, precisamente porque está pegada a l'Horta que limpia y diluye los niveles de gases contaminantes».

Asociaciones como Per l'Horta y Ecologistes en Acció advierten de que la medida de ampliar la autopista no da respuesta al problema de los embotellamientos. Josep Gavaldà afirma que «para que el tráfico del centro de la ciudad no colapse es necesario crear embudos en las entradas. Los embotellamientos en la periferia no solo son normales, sino necesarios, porque si no toda la contaminación se trasladaría al centro». Desde otras plataformas como València Per l'Aire profundizan en esta idea y afirman que «la ampliación a tres carriles de la autopista sólo va a provocar un reclamo mayor de vehículos y un efecto llamada para los coches».

Gavaldà afirma que los problemas de tránsito ya no se solucionan con más infraestructuras, sino con gestión de la demanda y con políticas de precios. «Es necesario pensar más, no comenzar a hacer más obras con más hormigón». Hammerstein también advierte de que el uso del coche en la Comunitat se ha incrementado un dos por ciento el año pasado, mientras que las emisiones subieron un 2,5 %. Además, señala que la ampliación de este tramo no es una excepción en los alrededores de València. «Si fuera solo una obra diría que es anómala, pero se trata de un conjunto de carreteras del by-pass de València donde quieren añadir carriles, como la V30 o la V31».

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