Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con datos relativos a 2016, España es el tercer país del mundo con mayor esperanza de vida, con 83,1 años, por detrás tan solo de Japón (84,02) y Suiza (83,3). Una cifra que en la Comunitat Valenciana se sitúa en los 82,3 años. No obstante, el momento del réquiem depende de gran cantidad de factores, entre los que está, por supuesto, la edad, pero también el modo de vida o incluso el lugar en el que se resida. Es más, hay momentos del año en el que tenemos más posibilidades de dejar de estar en este mundo.

En la ciudad de València, por ejemplo, los meses invernales son los que registran una mayor tasa de defunciones, según los datos que refleja el último Informe de Altas y Bajas en el Padrón Municipal, publicado el pasado 22 de agosto. En este sentido, enero, con 757 bajas por defunción en 2018, sería el mes «más peligroso» mientras el mes que empieza hoy, septiembre, sería el más benigno, con 479 muertes en la capital del Túria. Nunca hay que fiarse, por supuesto, pero puestos a ser optimistas, es muy probable que lleguemos «vivitos y coleando» al menos, hasta el próximo octubre.

Pero incluso estos datos serían diferentes si somos hombre o mujer. Así, el mejor mes para los varones valencianos sería junio (226 fallecidos) mientras que julio sería el de menor mortalidad femenina (245).

Por edades, hay tramos en los que la tasa de mortalidad se incrementa considerablemente. Así, esta pasa del 1,5 entre los 45 a los 49 años a casi duplicarse para llegar al 2,4 de los 50 a los 54. Mayor aún es el incremento de los que tienen de 75 a 79 años, que se sitúa en el 23,8 por el 14,5 del rango inferior, que va de los 70 a los 74 años. También llama la atención que dentro de los menores de edad, la mayor probabilidad de morir se da entre los 0 y los 4 años, cuando es del 0,5, mientras que de los 5 a los 18 años tan solo sería del 0,1.

Campanar, la menor mortalidad

La tasa de mortalidad también varía considerablemente según se viva en un distrito o en otro. No en vano el que refleja la mayor cifra, Ciutat Vella, con un 13,1, duplica al menor, Campanar, donde tan solo es del 6,2. Otros distritos con bajas cifras de mortalidad son Pobles del Oest (6,7), Rascanya (7,3) o Camins al Grau (7,4). En la otra parte, las cifras más altas, además de Ciutat Vella, se dan en l'Eixample (10,7), Poblats Marítims y Pobles del Nord, ambos con 10,1. Mientras tanto, la media en la ciudad se sitúa en el 8,7.

Si bajamos hasta los barrios, Cases de Bàrcena, con un 17,4, sería el líder en tasa de mortalidad, aunque su baja población hace que en cifras absolutas sea donde menos personas murieron, con seis fallecidos en 2018. Dentro del distrito con mayor tasa de mortalidad, Ciutat Vella, el Carme destacaría con una cifra de 16,4, seguido de la Xerea, con 13,9, que es también el tercer barrio en este registro.

En el lado contrario, a una gran distancia, se situarían barrios como Penya-roja, en Camins al Grau, donde esta tasa solo es del 2,3, mientras que también es muy baja en Beniferri, 2,5 así como en el Perellonet, con 2,9 o en Faitanar, donde es del 3,2.