Estos no son los únicos problemas que enfrentan en la Garrofera, ya que el terreno está situado en los terrenos del Plan de Actuación Integrada (PAI) proyectado en el barrio. Este solar en concreto se dedicará a la construcción de un supermercado. La policía ya intentó expulsar a los migrantes el día 23 de julio en vistas al derribo del local, pero no encontró a nadie. Desde Cuidem Benimaclet ya han denunciado esta situación al Ayuntamiento de València vía registro de entrada y han vuelto a reclamar que se le proporcione a estas personas una alternativa habitacional digna.

Aunque algunos partidos políticos lo pretendan, las personas no pueden desvanecerse sin más. Algunos, como Ousman, pueden esconderse y vivir en la marginalidad, a la espera de un permiso de trabajo, como si fuera un bote salvavidas. Mientras tanto, las vecinas del barrio denuncian lo ocurrido hace unas semanas, el día 23 de julio, cuando la policía intentó expulsar a unas personas que literalmente no tienen nada. «Este no se trata de un desahucio normal, además de dejar en la calle a los afectados se trata de gente sin papeles, si los identifican pueden verse con una orden de expulsión y en el caso de que la tengan dar con sus huesos en el CIE de Zapadores».