Benimaclet es barrio y pueblo a partes iguales. Pocas zonas en la ciudad mantiene una cierta personalidad como en su caso. El hecho de estar rodeado de huerta, o haber convivido con ella hasta hace poco, propicia que se mantenga, dentro de la gran ciudad, una secuencia social bastante propia. Pero tampoco está tan alejado como para ser un «poble», del norte, sur u oeste. Quizá por ello, sus fiestas se programan en el regreso de las vacaciones. Y además, una detrás de otra. Así, desde ayer han empezado, sucesivamente, las de la Virgen de Agosto (en septiembre) y seguirán los patrones y un cristo.

Esta tarde tiene lugar una cabalgata. Actos lúdicos antes de, el domingo, los procesionales y religiosos. Ahí es cuando, a las siete y media, saldrá la Virgen de la Asunción, con salida desde la plaza de Benimaclet (siempre la «plaça del poble») recorriendo las calles del barrio antiguo.

El lunes es el turno de los santos Abdón y Senent. Un pregón a las seis de la tarde dará paso a la misa y, a las ocho, la «Passà dels Sants». En este caso, la procesión tiene un carácter aún más agrario: son llevados, a través del Camí de Farinós, hasta la Ermita de Vera, regresando al día siguiente.

Todo ello, acompañado de un programa muy de vecindario, con fuegos artificiales, charangas, juegos infantiles, cenas y refrigerios populares, concierto de la banda de música autóctona (el CIM de Benimaclet)... durante la semana. El sábado 14, ambos regresarán a las calles urbanas del barrio. Y, como remate, aún el 15 se celebra la última fiesta, también con su procesión: el Cristo de la Providencia.