Llegó el día D y los hosteleros cumplieron. Como avanzó en exclusiva Levante-EMV, seis restaurantes de Pinedo y otros dos más del Saler acataron ayer la petición de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar y comenzaron a desmontar las terrazas de sus locales. Era el requisito necesario para optar a la prórroga de las concesiones que tienen concedidas y que desde 2014 se encuentran caducadas. Desde entonces los propietarios funcionaban con autorizaciones anuales expedidas por Costas, pero ahora que quieren optar a un nuevo contrato de larga duración -entre 24 y 30 años-, el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica exige cumplir «con las condiciones de la concesión original y de la normativa de costas». Y eso pasaba por retirar las estructuras metálicas y los toldos exteriores que tenían instalados todo el año.

Es probable que durante el día de hoy finalices los trabajos encargados por los ocho restaurantes afectados por esta petición de la Demarcación de Costas. Los negocios, representados por Javier Campomanes y Juan Luis Navarro, argumentan que la retirada de las terrazas es voluntaria, una medida que trata de allanar el camino de la renovación de las concesiones. «Vamos a esperar a que Costas realice las comprobaciones oportunas y una vez estén hechas, nos sentaremos con ellos para tratar la prórroga de las concesiones. Ese es el objetivo principal. Primero nuestros clientes necesitan la seguridad jurídica de que van a poder continuar con los negocios que han explotado en las últimas décadas y luego ya se hablará del resto», explica Campomanes.

Los abogados de los hosteleros explican que no hay ningún plazo concreto para poder alcanzar un acuerdo sobre la prórroga, pero confían en que estén aprobadas «a final de mes». «Las condiciones económicas para explotar estos espacios vienen estipuladas por ley y un reglamento claro, por lo que ya sabemos a lo que nos atenemos. Solo queremos que se firme la prórroga por otros 24 años, porque es muy importante», añade Campomanes.

Actualmente los restaurantes se encontraban en una especie de «limbo» legal, ya que aunque sus concesiones estaban caducadas desde 2014, año tras año eran autorizados por Costas para poder seguir explotando estos locales. Son los herederos de los antiguos chiringuitos que había en las playas y que fueron expropiados. El que la prórroga se plantee para un periodo largo «es fundamental para tener estabilidad jurídica y económica, ya que así muchos de ellos podrán afrontar las renovaciones pertinentes sin miedo a perder sus inversiones», señalan los letrados que les representan.

A por el máximo

Una vez consigan la renovación de las concesiones, entonces buscarán un acuerdo por las terrazas. Según Javier Campomanes, la sentencia que limitaba a 50 metros cuadrados la superficie de terrazas (actualmente tenían 150 metros) ya no está vigente «pues ha entrado en vigor un nuevo reglamento y no establece un número concreto de metros de terraza». «Se ha de negociar por completo esta cuestión, pero creemos que son más que necesarias en este entorno para dar un servicio a la ciudadanía como se ha dado en las últimas décadas y porque están situadas en espacios habilitados para tal efecto», explica. El abogado de los hosteleros asegura que van a pedir que Costas conceda un permiso de explotación para todo el año, no solo para el verano, porque los clientes quieren comer en estos espacios también en invierno.