El cierre de Ciutat Vella al tráfico rodado se hará de manera gradual, con una primera fase en la que propietarios, comerciantes o inquilinos podrán obtener los permisos necesarios para meter sus coches. Luego habrá una segunda fase en la que las cinco cámaras instaladas en otras tantas entradas al barrio empezarán a funcionar pero no multarán -unicamente se notificará la infracción a los conductores para que conozcan el funcionamiento del sistema y corrijan errores-. Y finalmente el sistema empezará a funcionar en toda su extensión, sanciones incluidas.

Así lo explicó ayer el personal técnico del Ayuntamiento de València, encabezado por el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, a los representantes de entidades sociales y laborales de Ciutat Vella en una mesa de trabajo organizada al efecto en la que aún no se dieron plazos concretos para la aplicación de la medida.

En esa reunión, el servicio de Movilidad Sostenible facilitó a los y las representantes de las entidades el cuadro que resume de manera clara todas las variables a través de las cuales, vecindario, comerciantes, empresas de logística, propiedades, personas arrendatarias de plazas de garaje, etcétera, podrán obtener los permisos permanentes o temporales para acceder sin problemas a través del sistema establecido «para eliminar el tráfico oportunista en el entramado patrimonial del casco histórico de València».

Este viene a resumir el borrador de reglamento facilitado a las entidades el pasado viernes y sirvió para resolver cualquier tipo de duda surgida de la lectura del mismo.

Aplicar las sugerencias

Con las impresiones recogidas en la reunión y las que se reciban en los próximos días, se procederá en breve a la redacción del reglamento y elaboración de un cuadro resumen definitivo, momento a partir del cual empezará el proceso previo a la puesta en marcha del servicio.

Estos pasos previos constarán de una amplia primera fase de tramitación para facilitar a todas las personas, con los requisitos para obtener el permiso de acceso, la presentación de su documentación; y de una segunda, una vez superada la primera, en la que el sistema informático empezará a funcionar y se comprobará su correcta operatividad, aunque no se procederá a tramitar las sanciones sino que se informará de que se han cometido de cara a que las personas responsables puedan subsanar defectos en el registro si los hubiera. Finalmente, con toda la operatividad funcionando, se pondría en funcionamiento.

Para la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, que fue una de las entidades presentes en la reunión, se trató se un encuentro «propositivo» en el que les han dado una semana para analizar con detalle el sistema y presentar propuestas. Según dicen, «hay opiniones contradictorias que habrá que armonizar», pero aseguran que «hay buena disposición a escuchar».