La vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, la socialista Sandra Gómez, defendió ayer, durante una visita a las obras de reurbanización que se están llevando a cabo en el Cabanyal, la subasta de 150 viviendas municipales dispersas en el barrio, como propuso recientemente el gerente de la sociedad Plan Cabanyal, Vicente Gallart, para agilizar la regeneración del barrio y ante lo complejidad de rehabilitarlas para uso social. «Coincido plenamente» con Gallart,dijo, porque «una casa vacía en una casa susceptible de ser ocupada». «Comparto la visión de analizar la situación y sacar a subasta unas casas, que en su día fueron expropiadas a los vecinos, con unas condiciones para devolver vida al Cabanyal».
Gómez ha mantenido conversaciones informales con el conseller de Arquitectura Bioclimática, Rubén Dalmau, al que asesora la ex concejala de Patrimonio, María Oliver, una de las detractoras de la subasta, para intentar desbloquearla. La enajenación de las viviendas quedó aparcada hace un año porque no terminaba de encajar con el discurso a favor de incrementar el parque público de viviendas sociales. Sandra Gómez sostiene que las condiciones del Cabanyal son especiales por tener un elevado número de viviendas aisladas en muchos casos en fincas enteras que es complicado rehabilitar.
La subasta, sujeta a condiciones como ser destinada a primera vivienda para evitar la especulación, que contempla la Sociedad Plan Cabanyal incluye 150 inmuebles dispersos. No entrarían en este lote las 75 viviendas de los bloques portuarios, propiedad en gran parte de la Generalitat, que serán derribados para construir un edificio ex novo.
Un millón de ingresos
Esta será la tercera que promueve la sociedad, que ya subastó 20 inmuebles en la pasada legislatura que le reportaron un millón de euros de ingresos. El interés por las viviendas del barrio se ha disparado en los últimos años a raíz de la paralización de la plan de la prolongación de Blasco Ibáñez y del fin de la amenaza de los derribos. De hecho, plan Cabanyal tiene una lista de espera de 600 personas interesadas por la nueva subasta en el Cabanyal, que será la que mayor número de viviendas sacará al mercado.
El ayuntamiento de València compró en su día 600 viviendas para derribarlas y conectar Blasco Ibáñez con el mar. De estas, aproximadamente, 200 fueron derribadas, otras 200 son casas enteras y otras 20 son viviendas aisladas situadas en fincas enteras más modernas. Estas últimas, excluyendo los Bloques Portuarios, serán las que salgan a licitación si el ayuntamiento, gobernado por Compromís y PSPV, y la Conselleria de Arquitectura Bioclimática, en manos de Unidas Podemos, llegan a un acuerdo.
«Es necesario devolver la vida en el barrio y esto pasa por el hecho que sus casas y sus calles tengan vida social y convivencia», recalcó ayer la vicealcaldesa.
Gómez recorrió ayer la plaza del Rosario, donde en breve comenzarán las obras de peatonalización (que incluyen el derribo de la fuente actual y su sustitución por una fuente «de suelo» lateral, la repavimentación y la colocación de mobiliario, en concreto, bancos corridos).
La plaza del Rosario, un espacio muy representativo del Cabanyal donde se encuentra el Teatro Musical. En cuatro meses la plaza «se convertirá en un espacio más aprovechado, una plaza pública para la reunión y la convivencia», destacó la concejala socialista. Las obras, que se han retrasado varios meses, tienen un presupuesto de 150.000 euros.
«El objetivo de esta intervención urbanística es recuperar un espacio público de calidad para los ciudadanos, priorizar el uso peatonal frente al de vehículos que actualmente ocupan la plaza de forma ilícita y generar un espacio público diáfano, habitable y accesible a todas las personas», recalcó Gómez.
Tras dar cuenta de esta actuación en uno de los epicentros del barrio, la concejala recorrió otras calles del Cabanyal en las que el ayuntamiento ya ha ejecutado trabajos de reurbanización, como la plaza Lorenzo de la Flor y las del tramo de la calle Vicent Brull, comprendido entre Vicent Gallart y la avenida del Mediterráneo, abierto precisamente ayer.
Las administraciones, dijo Sandra Gómez, «tenemos una deuda» con el Cabanyal. Por eso, añadió, «hemos querido dar impulso «en este inicio de curso político a la regeneración del barrio del Cabanyal, donde en los últimos dos meses «se han intensificados las obras» y se ha invertido un millón de euros en la reurbanización de calles, como la avenida Mediterráneo y Doctor Lluch y en breve se van a iniciar las obras de mejora en la calle San Pedro, la zona cero del Cabanyal.
