Las obras de cara a la ampliación de la V-21 se colaron ayer en la Fira de la Movilitat Sostenible y lo hicieron en un día en que se producía la visita de representantes públicos de dos partidos como Compromís y PSOE que, sin oponerse frontalmente a este proyecto heredado del Partido Popular, sí que han venido mostrando un actitud diferente respecto al mismo. De este modo, el alcalde de València, Joan Ribó reconocía, de forma mucho más clara que en otras ocasiones, que «es necesario ampliar a un tercer carril» pero matizaba, en su línea de comparecencias anteriores, que «no era necesario hacer un carril de salida más y también se podría haber reducido la afectación a la huerta en un 60 %».

Por su parte, el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, reconocía que «el uso intensivo del vehículo privado, normalmente con un solo ocupante, está en extinción y es insostenible medioambientalmente en términos de contaminación». No obstante, preguntado directamente por la no paralización del proyecto de ampliación de la V-21, se mostraba mucho más cauteloso y salía por la tangente, en un ejercicio de habilidad de conducción de su discurso: «Estamos en un momento de transición, el vehículo privado en la ciudad tiene que ir reduciendo su entrada, como es lógico, a las grandes ciudades». A lo que añadía: «No se trata de satanizar al vehículo privado, ni a los coches, lo que hay que hacer es acompañarlos para que sean cada vez menos contaminantes y esa es una de las vías que nos dan las nuevas tecnologías para poder conjugar el crecimiento de la industria automovilística con el respeto al medio ambiente. Es en esa línea en la que tenemos que ir».

De las palabras de uno y otro se dejaba entrever que el proyecto seguirá adelante. Así, Ribó decía, en pasado, que «se tenía que haber reconducido» y que «trabajamos para ello», pero matizaba que «cuando esto se planteó era el final de la época anterior y esto no fue posible», para luego añadir que «es un proyecto que ya estaba hecho» y aseverar que «laV-21 empezó por los pies, tres carriles en la zona de Puçol, donde no hacían falta, y dos en la zona de más tráfico, en la entrada de la ciudad, lo que produce un embudo que hay que arreglar», argumentaba.

Caballero habla de sensiblidad

Por su parte, la secretaria general del PSPV-PSOE de la provincia de València, Mercedes Caballero, matizaba ayer a Levante-EMV, que su partido, desde la entrada en el Gobierno Central, se reunió con todas las partes afectadas y replanteó el proyecto, «reduciendo en un 33 % la afectación a la huerta». En relación a la polémica por la demolición de alquerías dijo que estas «hace tiempo que estaban expropiadas» y que en su día los propietarios cobraron y lo aceptaron.