El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de València (APV), del que forman parte representantes del Ministerio de Fomento, Generalitat, organizaciones empresariales y sindicales y ayuntamientos, cerró ayer filas en torno al presidente de la entidad, Aurelio Martínez, para poder mantener los plazos de tramitación que otorguen la construcción y explotación de la nueva terminal de contenedores. La única excepción fue la del mandatario del cap i casal. El alcalde Joan Ribó fue el único de los consejeros presentes que votó en contra del tercer punto del orden del día: la selección de la oferta de TIL (controlada por la naviera MSC), que prevé invertir 1.021 millones de euros para explotar un recinto de 136 hectáreas de superficie y que permitiría a Valenciaport duplicar su capacidad a partir del año 2027 al albergar así 12,5 millones de TEU (unidad de contenedor de veinte pies).

Los planes de ampliación del emplazamiento marítimo continuan por tanto adelante aunque sin plazos claros para fijar el inicio de las obras, algo que «inquieta» tanto a Valenciaport como al inversor, Terminal Investment Limited. Martínez reconoció que «todavía queda un largo proceso administrativo» para colocar la primera piedra de esta infraestructura, «donde nada es irreversible, se analizarán alegaciones y se hará caso a los técnicos» durante el trámite de información pública del proyecto que abandera MSC.

La comisión técnica de Valenciaport ha realizado sus valoraciones a esta propuesta, que ha obtenido 98,5 puntos sobre 100. TIL se compromete a un tráfico mínimo de 1.917.000 contenedores llenos a partir del cuarto año del inicio de la explotación, de los cuales 575.000 serán contenedores llenos con mercancías de importación-exportación 1.342.000 serán llenos de tránsito. En previsiones de tráfico marítimo espera mover 3.935.000 contenedores en su cuarto año desde el comienzo de las operaciones, así como obtener un crecimiento del 3% anual a partir de entonces. Martínez, augura que cuando esté construida, esta terminal será «la mejor del mundo». La operativa de estiba y desestiba estará «más que semiautomatizada» -puntualizó el dirigente de la APV- para ahorrar cotes laborales, si bien MSC se compromete a mantener su actual empleo. Además, el 98 % de la maquinaria utilizada en la instalación marítima (incluidas las grúas) tendrá alimentación eléctrica. La naviera prevé generar unos 3.000 puestos de trabajo (directos, indirectos e inducidos) durante las fases de construcción y posterior explotación de esta gigantesca área que tendrá seis vías de 1.000 metros de longitud para poder mover hasta 305.000 contenedores al año por ferrocarril. Según Martínez hay muchos puertos del Mediterráneo que «desearían» hacer la terminal que MSC diseña en València.

Acceso norte: veinte meses

Por otro lado, el estudio informativo encargado por Valenciaport a Ineco (entidad estatal vinculada a Fomento) para determinar «todas las opciones posible viarias y ferroviarias» de construcción del acceso norte terrestre podría estar listo dentro de veinte meses.

La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, comentó ayer que la APV debe tener en cuenta «todas las afecciones medioambientales que podrían producirse» y garantizó que el Consell trabaja para «buscar el equilibrio entre la actividad económica y la sostenibilidad».