Decía hace ahora un año el alcalde de Burjassot, Rafa García, que la falta de armonía entre las distintas administraciones implicadas en la propiedad y el mantenimiento de los Silos de Burjassot habría sido uno de los detonantes para que los años de dejadez continuada derivasen, finalmente, en el derrumbe de una parte de su muro durante la lluviosa madrugada del 18 de septiembre de 2018. Una catástrofe que, por otra parte y después de siglos de silencio, dio paso a conversaciones entre las partes responsables. El entendimiento parece ahora aflorar y el Ayuntamiento de València finalmente cederá a la reiterada petición de Burjassot de obtener la titularidad de la edificación, puesto que, pese a que Burjassot ostenta la cesión de los Silos para su uso y mantenimiento desde 1975, el propietario del conjunto arquitectónico sigue siendo el Ayuntamiento de València. Y lo es desde que la capital del Túria hallase en las colinas de la localidad el espacio idóneo que precisaba la ciudad (y gran parte de la población colindante) para el almacenamiento de trigo.

El número de años por los que se cederá el conjunto arquitectónico, no obstante, aún se desconoce. Si bien es cierto que el Ayuntamiento de Burjassot aprobó en pleno la petición de la propiedad por 75 años, el tiempo máximo que permite el reglamento, el concejal de Cultura en Burjassot, Javier Navarro, asegura que aún no se ha presentado ninguna propuesta en firme y que esta se dará en una mesa negociadora de la que formarán parte tanto el Ayuntamiento de Burjassot, el de València y la Conselleria de Cultura. «El convenio actual data del año 75 y está bien que lo renovemos escuchando las voluntades de Burjassot», asegura la concejala de Patrimonio Histórico de València, Glòria Tello. Y es que la concesión no solo sería motivo de alegría para una población que ve en los Silos uno de sus mayores tesoros patrimoniales, sino que agilizaría los trámites para evitar un nuevo derrumbe de siglos de historia. «Entendemos lo que nos dicen desde Burjassot, puesto que si el convenio se hace con unos años de cesión, el municipio podría desembolsar una cantidad superior en mantenimiento y rehabilitación, dado que tendrían la certeza de que va a ser suyo durante unos años, independientemente de la formación política que gobierne en València, por lo que entiendo su voluntad de tener esa tranquilidad para que ningún gobierno pueda quitarles la propiedad después de desembolsar millones de euros en rehabilitar la edificación», reconoce Tello frente a al concejal de Burjassot, pese a admitir que al Ayuntamiento de València no le gustaría perder la titularidad de un edificio con tal valor patrimonial y que, durante siglos sufrió la dejadez y la mala praxis.

Hacer de la desgracia virtud

Fue la rebaja del nivel del suelo con el diseño del paseo Concepción Arenal en los años 40 uno de los motivos que propició el hundimiento del muro. Fue un pintor, y no un arquitecto, el que tomó la decisión, por lo que no tuvo en cuenta que, al rebajar en casi dos metros el nivel del suelo, dejaría el muro casi sin cimentación, por lo que perdería la consistencia. Un hecho que desde el Ayuntamiento de Burjassot se ha intentado paliar con pequeñas reformas en las baldosas de la cubierta, con lo que evitar la filtración del agua y, por ende, el exceso de humedad en el muro. No obstante, este error arquitectónico fue uno de los detonantes del desplome del muro que marcó un antes y un después en el municipio y el desembolso de casi 700.000 euros de urgencia por parte del Ayuntamiento de València para su rehabilitación. Esta contempló una primera fase de estudio previo y desescombro de la zona por un presupuesto de 46.282,44 euros, que se sumó a la obras de levantamiento del nuevo muro por 228.205 euros, las cuales fueron adjudicadas a la empresa EMR tras descartar otras dos propuestas. Ahora, sin embargo, para compensar esa falta de cimentación en la base del muro, y para que el incidente que quedará marcado en el calendario de la población no vuelva a ocurrir, se inician las obras para la construcción de una cuña de más de dos metros que equilibre la rebaja del suelo. Un refuerzo en el que se invertirán otros 300.000 euros, que ya ha iniciado la fase de cimentación, y que se prevé finalizada en aproximadamente un mes.

?Fue, por tanto, el derrumbe del muro de los Silos de Burjassot un punto de inflexión que ha permitido al Ayuntamiento de València, explica Tello, «hacer de la desgracia, virtud», iniciando «pactos a tres», y «revertiendo problemas originados hace ya un siglo».