La falta de acuerdo entre los dos socios del Govern del Rialto, Compromís y PSPV-PSOE, ha provocado que el Ayuntamiento de València posponga otra vez el nombramiento de los quince alcaldes de los pueblos de la ciudad. La larga negociación para la formación de gobierno bloqueó la elección de responsables de las pedanías, por ello el alcalde Joan Ribó firmó una prórroga para que los actuales delegados de Pobles se mantuvieran en el cargo hasta el 30 de septiembre.

Durante este tiempo Compromís y PSPV deberían haber pactado ya los nombres de las quince personas en las que delegaría el alcalde, pero se ha cumplido el plazo y no hay acuerdo. Al parecer no era posible, legalmente, resolver una segunda prórroga de los actuales alcaldes, por lo que Joan Ribó procederá hoy «o el lunes», según fuentes municipales, a nombrar «provisionalmente» a los responsables de las pedanías.

Sin acuerdo en el bipartito

Se hará de forma provisional porque no existe acuerdo en el seno del equipo de gobierno y Ribó opta por renovar la confianza en los actuales gestores de Pobles. Esta opción permite al Govern del Rialto discutir el tema con calma y alargar las negociaciones tanto como deseen, pese a la situación de interinidad que esto representa. De hecho, dos concejales de Compromís, Lucía Beamud y Alejandro Ramón, se mantienen como alcaldes pedáneos, pese a que, probablemente, desearían poder centrarse sus responsabilidades actuales. O el caso del asesor Josep Gimeno, que es alcalde de Pinedo.

En otros casos, algunos alcaldes y alcaldesas estaban pendientes de las negociaciones entre Compromís y PSPV para decidir si continuaban en el cargo o no, por lo que se mantendrán de momento en esta situación «provisional». Sin embargo, dos de los Pobles de València se quedan representantes pedáneos, de momento. El caso más especial es el de La Punta, que ya en la anterior prórroga se quedó vacante. El anterior responsable de este Poble del Sud, Ignasi Vázquez, renunció a continuar por discrepancias con el actual equipo de gobierno, ya que consideraba que no había defendido los intereses de los habitantes con la consolidación de la Zona de Actividades Logísticas del Puerto.

La otra vacante queda en Carpesa, donde Joan Estellés ha pedido no continuar en el cargo por problemas personales. En ambos casos, la concejalía de Pobles de València ha asumido directamente la gestión de estos núcleos, aunque para los vecinos no deja de ser una situación incómoda al no contar con un interlocutor o interlocutora directo.

Con todo, esta situación de provisionalidad deja entrever que Compromís y PSPV están aún lejos del acuerdo. Quizá la situación política prioriza otras cuestiones, pero lo cierto es que han pasado más de cuatro meses desde que se celebraron las elecciones municipales.

En algunos pueblos se da por segura la continuidad de sus actuales representantes, no solo por lógica electoral, sino porque los actuales alcaldes y alcaldesas han expresado su deseo de repetir. No siempre es fácil que una persona dé el paso adelante. Hay que recordar que los alcaldes pedáneos reciben una compensación de 566 euros al mes, pero prácticamente no gozan de competencias ejecutivas.

Son más bien interlocutores con los habitantes de los núcleos y las personas a las que se dirigen cuando surgen problemas, por lo que el puesto no es muy «apetecible» desde el punto de vista político.