Más de cuatro meses después de las elecciones municipales, Compromís y PSPV siguen sin pactar el nombramiento de los 15 alcaldes de Pobles de València y el reparto de cargos en las Juntas de Distrito, que no se reúnen ni debaten la situación en los barrios desde hace meses. La situación de bloqueo es tal, que algunas voces de la negociación se temen incluso que el conflicto interno en el Govern del Rialto se prolongue varias semanas más. El Perellonet, Forn d'Alcedo y Beniferri son los puntos calientes de una negociación ahora mismo enquistada. El alcalde Joan Ribó ya prorrogó los cargos del anterior mandato hasta el 30 de septiembre, pero ante la falta de acuerdo tomó la decisión de nombrarlos «provisionalmente» hasta que se resuelva la cuestión. El problema es que tres pedanías, La Punta, El Saler y Carpesa están sin representantes por la dimisión de sus anteriores responsables.
Las bases para llegar a un acuerdo se basaban en dos puntos. El partido de gobierno que más votos logró en un determinado pueblo será el que designe representante. En el caso de empate técnico -una diferencia mínima de votos entre Compromís y PSPV-, la alcaldía se la repartirán dos años cada partido. Aunque estas «reglas» cada partido las reinterpreta a su gusto e interés.
El Perellonet, principal escollo
La disputa entre Compromís y el PSPV por la alcaldía del Perellonet parece el principal obstáculo. Mientras la actual alcaldesa, Laura Felip (Compromís) considera que está legitimada para continuar en el cargo, desde el colectivo local del PSPV reclaman la «vara de mando» -metafóricamente hablando, pues los pedáneos no tienen- ya que fue la formación de izquierdas que más votos obtuvo en las pasadas elecciones de mayo.
Compromís obtuvo 131 votos en mayo de 2019 frente a los 152 del PSPV, por lo que con los número en la mano deberían ser los socialistas los que asuman la responsabilidad. Además, han recuperado medio centenar votos respecto a 2015, al tiempo que los valencianistas han perdido 26.
Sin embargo, Laura Felip quiere continuar con la labor que inició hace cuatro años y se siente respalda por parte de sus compañeros para mantener una posición fuerte en las negociaciones, aunque en las filas de Compromís también hay quien piensa que se puede ceder y no presentar batalla en esta pedanía.
En el lado del PSPV, los socialistas cuentan con una persona fuerte en el pueblo. Se trata de Luis Zorrilla, combativo dirigente vecinal. Precisamente su rechazo a proyectos como el de la pacificación de la CV-500 -auspiciada por el PSPV al frente de la Conselleria de Mobilitat- y otros relativos al lago de l'Albufera, lo convierten en un aspirante incómodo, aunque fuentes socialistas creen que su perfil cambiará cuando sea alcalde y no ve problema.
El otro campo de batalla importante es en Forn d'Alcedo, donde Compromís ganó por cuatro votos al PSPV, que consideran que es un empate técnico y reclaman dos años la alcaldía que hoy ostenta Ricard Boned. Sin embargo los valencianistas, mayoritariamente la corriente del Bloc, no están dispuestos a dejarla escapar. Consideran que Boned ha hecho un gran trabajo.
«Benimàmet es innegociable»
Desde el PSPV están molestos con los negociadores de Compromís porque han planteado que en Benimàmet-Beniferri se comparta la alcaldía. Pero lo rechazan de plano. «Benimàmet es innegociable», afirman. Los socialistas ganaron por una clara diferencia en las elecciones, pero en Beniferri se impuso Compromís por 30 votos. Los valencianistas parece ya habrían renunciado a sus pretensiones en Benimàmet y no discuten el mandato de José García Melgares, pero advierten que si en el futuro Beniferri se desligara de Benimàmet -que aspira a ser entidad local menor-, reclamarían esta pequeña alcaldía.
En otros 11 pobles (La Punta, Benifaraig, Poble Nou, Carpesa, Cases de Bàrcena, Massarrojos, Castellar-l'Oliveral, Pinedo, El Saler, El Palmar y La Torre-Faitanar) venció Compromís, aunque en Poble Nou parece que renunciarán en favor de la actual alcaldesa del PSPV. En Borbotó la alcaldía volverá a ser para los socialistas, que en estas elecciones sí han sido la fuerza del Govern del Rialto más votada, al contrario de lo que sucedió en 2015.
