Con la premisa de que una acción humana supone un cambio que puede producir, a su vez, una transformación social, Yasmina Benabdelkrim y Arcin Sagdic presentan su proyecto artístico ASPHYXIA. Se trata de una propuesta formada por performance, escultura, pintura y fotografía. Este dúo, que viene de trabajar en la industria de la moda como estilista y directora creativa, y fotógrafo, respectivamente, debutará del 7 al 10 de noviembre en La Marina de València.

Como si se tratara de una distopía, esta representación visual mostrará cómo, a través de la evolución, se crea una nueva especie a base de microplásticos, fruto del abuso que sufre la Tierra por parte de los seres humanos. Siendo un hecho comprobado científicamente que el plancton ingiere microplásticos, estos artistas plantean una cuestión: ¿qué quedaría en el planeta si, de seguir actuando como hasta ahora, la especie humana desapareciera? Posiblemente, montones y montones de plásticos.

Como explica la propia Yasmina, para crear esas esculturas, "los plásticos fueron recolectados de diferentes lugares del mundo y experiencias. Unos vienen del rastro de Madrid, de las bolsas de plástico que se quedan en la tierra una vez el mercado ha finalizado; otros provienen de la panadería de un supermercado, donde Sandra, muy amablemente, me los ha ido guardando cada semana; los hay de México, Berlín y Lanzarote, de una tienda del barrio de Sentier de París... En València, mi tierra, también recojo plásticos de la calle, en los mercados o de restos de mercancías de comercios. Unos sucios, otros limpios, también los había rotos. Todos con otra vida posible".

Tanto es así que algunos plásticos se han transformado en bolsos, que serán parte de las recompensas del crowdfunding que Yasmina y Arcin han lanzado para sacar adelante esta iniciativa. "Estos bolsos conllevan un cambio de consumo en quien los posea: se han confeccionado a través del reciclaje, la reutilización y la transformación en algo nuevo", añaden.

Sobre el mensaje a transmitir, ASPHYXIA es un proyecto que nace de varios estímulos. Por un lado, el efecto que el plástico produce cuando envuelve y atrapa a seres vivos. Por otro, es la consecuencia de nuestros actos. "La falta de conciencia, junto a una pizca de egoísmo, nos ha llevado a un punto en el que, como seres humanos, estamos provocando un cambio en la Tierra que nos repercute y, por ello, nos estamos asfixiando a nosotros mismos", señala la artista.

Así, desde la polución en el aire, que hace que en algunos países sus habitantes lleven mascarillas, hasta no poder beber agua de ciertos lugares por los vertidos venenosos en este elemento vital.

Por su parte, su compañero, Arcin Sagdic, asegura que lo que pretende es que se cuestione el rol del plástico en la civilización moderna, y declara: "Hagamos entender a la gente la innegable dimensión del plástico. Nos preocupan las cosas que vemos, nos preocupan las cosas que escuchamos, de modo que, con esta exposición, necesitamos tocar los corazones de la gente para lograr que se preocupen y sensibilicen sobre este problema que afecta a nuestro planeta y que todas las especies que lo habitan deben afrontar. Habitualmente, la sociedad se aleja de estos temas y da prioridad a otros problemas, pensando desde la individualidad y no como comunidad".