La exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, cexhumaciónFrancoValle de los Caídoselebrada este jueves, trae a la memoria el episodio, de similares características, que vivió la ciudad de València en 1983, con la retirada de la estatua ecuestre dedicada al dictador, situada en la entonces Plaza del País Valencià.

Cuatro años después de que el primer ayuntamiento democrático del cap i casal aprobara por pleno la retirada de la obra del escultor José Capuz, instalada en plena plaza en 1964 en homenaje al 25 aniversario de la victoria del bando franquista en la guerra civil, se llevó a cabo una operación tan programada como improvisada en su ejecución, y que acabó con la retirada de la estatua ecuestre en medio de una batalla campal entre partidarios y detractores del dictador.

Corría la madrugada del 9 de septiembre de 1983. Hasta la plaza País Valencià fueron acercándose grupos franquistas. También de izquierdas. Y algunos medios de comunicación, pertrechados junto a las patrullas de Policía. Una brigada de trece personas era la encargada de retirar la estatua. Apenas habían comenzado los trabajos de aserrar las patas del caballo, cuando la tensión y el lanzamiento de objetos fue tal, que desistieron de su ejecución por miedo a ser agredidos. Mientras, los seguidores de Franco trataron de hacer una ofrenda froral, mientras gritaban vivas al general y entonaban el 'Cara al sol'.

Pasadas las dos de la tarde, ocho voluntarios con pasamontañas, salieron del ayuntamiento para acabar el trabajo, bajo una fuerte protección policial. Según contaron dos de los protagonistas a Levante, eran miembros del Partido Comunista, que acudieron al lugar tras la convocatoria que realizó la formación sobre las doce del mediodía. Se entrevistaron con autoridades locales y dentro del consistorio se encontraron con otros voluntarios, uno de elos sindicalista del metal de UGT.

Tras un primer impás, fruto del lanzamiento de objetos a los improvisados operarios, a las tres menos cuarto, más de once horas después del inicio de la operación, el grupo escultórico caía dividido en dos partes, el caballo y el general, que fueron depósitados en un camión grúa y trasladados al Mercado de Abastos, ante un grupo de ultraderechistas que corrieron tras el vehículo. Los que se quedaron en la plaza, se concentraron ante el consistorio, con más lanzamiento de objetos, rotura de cristales y contenedores volcados.

La estatua acabó instalada en el patio interior del acuertelamiento de Santo Domingo, hasta que también fue retirada en abril de 2010, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Con el uso de una grúa, y esta vez sin la presencia de grupos de ultraderecha, la obra de Capuz fue trasladada en un camión hasta un almacén de la base militar de Bétera.