El sector 7 del Cementerio General dispone de dos de los elementos más emblemáticos del camposanto. Por una parte, la gran fosa común, recientemente embellecida, en el que reposan personas enterradas desde 1928 a 1994. Ayer, descendientes de esas personas depositaban flores en el cuidado césped, recordando que, bajo ese terreno, y apilados en horizontal, yacen miles de personas, muchas de ellas en aquel momento con pocos medios para poder adquirir un nicho. Ahora, al consistorio le falta una última gestión: honrar la memoria de los que allí reposan (y que no fueron removidos en las obras de 2006). Pero sólo lo hará con aquellos que se manifiesten; es decir, aquellas personas que disponen de datos para saber que allí hay enterrada una persona y que quieren que se les recuerde con una placa en el lugar aproximado en el que están enterrados. Porque los archivos del cementerio disponen del registro de la práctica totalidad de cuerpos allí enterrados, con su nombre, apellidos y fecha de inhumación. Pero la exhibición pública es una cuestión privada. De momento, sin haber hecho publicidad, cuatro familias ya han exteriorizado su deseo de que una loseta les recuerde. De ellos, dos pertenecen a personas represaliadas tras la Guerra Civil, una parte de las cuales reposa en este sector. Así mismo, el concejal Alejandro Ramón avanzó ayer que, «sí o sí, el próximo año por estas fechas» estará ya esculpida la placa que hay en el cruce de caminos de este sector, y que homenajeará a los represaliados. No será un texto neutro sino «uno homenaje a los que sufrieron la dictadura». Pero el texto «se tiene que consensuar con diferentes asociaciones e investigadores. Valía la pena hacerlo bien y esperar, pero estamos en la recta final».