«Perdona, ¿tienes un poco de sal?». Esta frase tan sencilla evoca gran cantidad de connotaciones sociales. Nos hace regresar a un tiempo donde los vecindarios estaban más unidos, donde era muy común que el timbre de tu puerta sonara, en cualquier momento, y al otro lado estuviera ese vecino o vecina sobradamente conocido que te pedía eso, un condimento básico, unos huevos para su tortilla o cualquier otro pequeño favor cotidiano. Actualmente, con Internet y las redes sociales nos sentimos «más conectados» con el mundo, pero, paradójicamente, también lo estamos menos con aquello que nos rodea más estrechamente.

Precisamente para paliar esta situación, y para reforzar el compromiso vecinal, la convivencia y el conocimiento mutuo y mucho más surgió en Madrid, en junio de 2018, la plataforma «¿Tienes sal?. Ahora, algo más de un año después, y tras instaurarse también en Barcelona, acaba de aterrizar en Valènci,a donde ya está activa en alrededor en 36 vecindarios, y donde cuenta ya con más de 2.400 usuarios registrados.

La confundadora de esta innovadora red social, Sonia Alonso, explica a Levante-EMV que la idea le inspiró cuando trabajaba en Berlín para una empresa de marketing. Allí conoció al fundador de 'nebenan.de', una plataforma vecinal que se había convertido en la mayor red social de barrio de Alemania. De ahí a empezar a repensar el concepto de comunidad, de barrio y de apoyo mutuo solo había un paso, el que le llevó a fundar «¿Tienes sal?». «Cuando yo era pequeña conocíamos a casi todo el vecindario. La idea es volver a hacerlo, al menos dentro de lo posible. Queremos que sea una red de apoyo tanto para las personas que acaban de llegar como para los vecinos de toda la vida», explica. Anima a todo el mundo a apuntarse en esta plataforma gratuita y explica que se verifica que cada vecino resida realmente en el barrio. Para ello usan un código de acceso que le proporciona otro vecino, así como el GPS del móvil o la presentación de algún tipo de documento identificativo, siempre, claro está, cumpliendo con la Ley de Protección de Datos.

¿Qué ofrece esta red social?

Pero, ¿qué se puede hacer o encontrar en esta red social? Alonso, basándose sobre todo en las experiencias de Madrid y Barcelona, donde ya está más instaurada, lo explica. De este modo, recuerda casos como el del jubilado de Barcelona que imparte cursos gratuitos para aprender catalán, los grupos de edad de mujeres de Madrid, sobre todo aquellas mayores de 60 años que suelen sentirse más solas, los grupos para hacer senderismo o ir a la playa, las recomendaciones sobre peluquerías o restaurantes o también las peticiones de ayuda para cuidar una mascota en un momento dado. «La gente primero se registra a ver qué pasa y luego va tomando confianza y participando más», relata. «Se rompe el miedo al desconocimiento, se tumban estereotipos y se crean barrios más solidarios y cercanos», añade.

Por otra parte, también es un modo de cambiar los modos de consumo, pues en la plataforma hay una sección titulada «mercadillo» en la que se pueden regalar, cambiar o vender todo tipo de objetos, fomentando así el reciclaje social y cercano. Pero también se puede pedir ayuda para llevar la compra a casa, para una mudanza o para vaciar el buzón cuando uno está de vacaciones. Realmente, no hay más límite que el que uno se marque, o el que las necesidades del día a día le vaya poniendo en su camino.

Otro de los servicios que cuenta con gran acogida es el de «los grupos de tu barrio», en los que uno puede apuntarse a cualquier actividad y conocer así a personas con intereses comunes. En la misma línea, la sección de «eventos» sirve para estar al día de las actividades que se dan en la barriada, para participar en ellas y también para proponerlas y fomentarlas.

¿Cómo funciona?

Alonso explica que cuando la plataforma dedice instaurarse en una ciudad llevan a cabo una campaña de marketing en redes sociales y en los propios barrios para que la ciudadanía se inscriba en alguno de los vecindarios, que suelen estar restringidos a entre 3.000 y 6.000 hogares. Una vez que en un vecindario concreto se han registrado entre 30 y 40 personas se abre públicamente. Por otra parte, indica que cada persona puede participar en su vecindario, pero también en aquellos cercanos que desee y, del mismo modo, puede silenciar otros vecindarios que no le interesen. Ella incide en que todo es gratuito y en que se financian a través de inversores que han decidido apoyarles.

Poco a poco «¿Tienes sal?» está revitalizando una forma de relacionarse próxima y humana aunque para ello, paradójicamente, se sirve de una app, de Internet y de las redes sociales. Todo para que llamar a la puerta del vecino deje de ser la excepción para volver a convertirse en la norma de nuestra vida cotidiana.