La Policía Local de València incautó ayer cerca de cinco toneladas de ropa usada, productos de higiene personal como jabones y geles, juguetes, alimentos e incluso bicicletas robados en contenedores en València y en supermercados de la ciudad que se estaban vendiendo de forma ilegal en el rastro de la Plaza Luis Casanova, en el entorno del Mestalla.

La operación policial fue realizada por una veintena de agentes de la Comisaría de Benimaclet más algunos compañeros de otras comisarías. Además ha sido el fruto de varias semanas de investigaciones. Los agentes decomisaron más de 4.800 kilos entre zapatos, camisetas o pantalones a que proceden del hurto en contenedores o de donaciones de Casa Caridad que estos presuntos delincuentes revenden a precios fuera de mercado porque no les cuestan nada.

Solo en comida se requisaron unos 40 kilos de jamones, quesos, latas de atún, entre otros productos perecederos. Una parte de estos productos que podían estar en mal estado o ser un peligro para la salud de quien los comiera fueron destruidos y quemados. Los otros se han donado al Cotolengo del Padre Alegre del Barrio de Benimaclet por los propios agentes.

La operación policial comenzó a primera hora

El operativo policial tuvo lugar desde las 6 y media de la mañana, según confirmó un testigo presencial a Levante-EMV y se prolongó durante varios horas. El material aprehendido es ropa procedente de contenedores de prendas reutilizables de los recipientes de color naranja y de Casa Caridad. En cuanto a la comida se han incautado decenas de kilos robados presuntamente en supermercados de la ciudad como Mercadona o Consum, y también en contenedores. La actuación de la Policía Local de València ha sido tan rápida y eficaz por temor a que se produzcan consecuencias en materia de control sanitario o posibles enfermedades en las personas que compren estos productos que están fuera de la cadena de frío y que carecen de cualquier control sanitario.

En este mercado negro de la comida, es una práctica delictiva habitual robar en supermercados y tiendas y luego vender estos artículos a precio más bajo a personas de bajo nivel adquisitivo o jubilados con rentas bajas. Aquí se ha dado esta circunstancia durante semanas. De hecho el golpe policial ha permitido desarticular este rastro ilegal y paralelo al legal, cuyos vendedores sí cumplen sus obligaciones con el Ayuntamiento de València y pagan sus tasas.

Una veintena de policías intervino en este operativo que es el resultado de varias semanas de discreta investigación y de seguimiento a los autores de estas actividades supuestamente ilegales.

De hecho, las pesquisas policiales apuntan a un grupo de ciudadanos de origen rumano y también sudamericano que se colocaban en la entrada del rastro con mesas incluso para vender estas prendas de ropa y los alimentos frescos en muchos casos caducados o semicaducados.

Al aparecer los policías y proceder a la incautación, estas personas abandonaron en plena calle su mercancía sobre las mantas, así como los carros de supermercados también hurtados.