Que Rafa Nadal fije su mirada en uno de los barrios más vulnerables de la ciudad de València es un hecho, como mínimo, relevante. Sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de lugares en los que podría haber aterrizado su fundación para ejercer acción social. La Associació de Veins i Veïnes aplaude el gesto, pero con matices en lo que son las prioridades municipales. Así lo expresaba Maite Biosca, vocal de la asociación dedicada a los aspectos sociales: «la iniciativa está muy bien. Es importante que trabaje con nuestra población». Pero hay un pero: «la sede que le ha cedido el ayuntamiento estaba prevista para un servicio de empleo, que también es una necesidad perentoria». Incluso, la consideran más prioritaria porque «la educación y los talleres infantiles están muy bien, pero ya tenemos hecho un trabajo en el barrio sobre esos temas, mientras que los talleres de formación son una necesidad imperiosa en estos momentos. Si queremos que no haya desigualdades en el barrio, es básico que haya empleo y que haya formación y recursos para ello». Recordó, en ese sentido, que la asociación El Arca de Noé ya está desarrollando la acción social con la infancia «desde hace años». Según aseguraba la dirigente vecinal, días atrás se celebró una convocatoria en el nuevo local de la fundación para explicar lo que se pretende instaurar.

Una vez decidida la puesta en marcha del Centro Fundación Rafa Nadal, falta determinar qué jóvenes serán los agraciados con sus talleres formativos. Esto correrá a cargo del Centro de Servicios Sociales del ayuntamiento que, peticiones y expedientes en la mano, y en base al conocimiento de la realidad por proximidad, señalará qué 40 jóvenes formarán parte de esta primera experiencia, que tiene carácter indefinido.