Un rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo animal más grande del planeta por detrás de la ballena azul, se coló ayer en la dársena norte de la Marina. Dio un par de vueltas cerca de los pantalanes para después salir de nuevo a mar abierto. «Nos acercamos para tratar de verificar que era realmente una ballena, y ver si su comportamiento era normal o estaba enferma», explica José Luis Crespo, responsable de conservación de la Fundación Oceanogràfic. Aunque el cetáceo ya había abandonado el enclave cuando llegó Crespo, éste señala que por los videos se puede deducir que se trataba de un ejemplar joven de tan solo unos 8 metros, ya que los adultos pueden incluso alcanzar los 27 metros.

También llamada ballena de aleta, pertenece a la familia Balaenopteridae y presenta un cuerpo largo y estilizado, de un color gris parduzco, menos en su parte inferior, que es blanquecina. Crespo explica que la presencia del rorcual común es habitual en el Mediterráneo, aunque admitía que no está tan claro si finalmente sale hacia aguas del Atlántico. «Sabemos que suben hacia el mar de Liguria en Italia y luego bajan hacia el Estrecho de Gibraltar, donde tampoco es descartable que se queden», razona este veterinario del Oceanogràfic.

Lo cierto es que el avistamiento de estos gigantes marinos es cada vez más frecuente en las zonas profundas de la bahía de Denia, que el experto califica de «autopista de animales marinos». Para Crespo, que habla con admiración de «este enorme animal», su entrada en la Marina supone una oportunidad de lujo para incidir en la necesidad de su conservación. «Se acercan más a la costa si hay más alimento, aunque este año no se han dado tantos avistamientos», señala Crespo. La mayor densidad de población del rorcual común se encuentra en aguas frías y templadas, donde se alimenta principalmente de pequeños peces, de calamares, de crustáceos y de kril. El equipo de veterinarios del Oceanogràfic, del que forma parte Crespo, cuenta con una de las mejores instalaciones para el diagnóstico y prevención de enfermedades en cetáceos y desde 2003 forma parte de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana.

Desde La Marina se aseguraba poco después que la voz de alerta sobre el rorcual común la habían dado dos marineros, Laura y Miguel. La ballena, aseguraban, «ha vuelto a navegar en perfectas condiciones» al poco de adentrarse en la dársena.