El alcalde de València, Joan Ribó, trasladó ayer al colectivo «Recuperem les Covetes» el apoyo e implicación del ayuntamiento en el proyecto de regeneración y puesta en uso como «gran zoco de la artesanía» del antiguo conjunto de bajos comerciales adosados a la fachada barroca de la Iglesia de los Santos Juanes. El alcalde valoró la colaboración público-privada en esta iniciativa y se comprometió a agilizar las licencias de actividad para las «covetes», integradas en el Bien de Interés Cultural (BIC) de la Iglesia de los Santos Juanes.

La ley de Patrimonio, en este sentido, obliga en su artículo 9 a las administraciones a facilitar «la incorporación de los BIC a usos activos y adecuados a su naturaleza como forma de promover el interés social, su conservación y restauración».

Las «covetes» fueron concebidas en su origen como espacios con fines comerciales con beneficio para la parroquia de los Santos Juanes. Principalmente funcionaron como chatarrerías y tiendas de viejo, pero también albergaron transacciones comerciales y artísticas. A mediados del siglo XVIII, pasaron a manos privadas, y en la actualidad, alguna continúa en propiedad de la iglesia, parte de ellas pertenecen a entidades bancarias, y otras son de dominio particular.

«Recuperem les Covetes», que aglutina a propietarios y artesanos valencianos, intentará, tal como avanzó este diario, sacar ahora de la situación de abandono y degradación que arrastran desde hace años estos 19 locales, ubicados un entorno monumental de máximo valor patrimonial con la Lonja Patrimonio de la Humanidad como máximo exponente.

Los intentos por regenerar y dar uso a las «covetes» por parte del ayuntamiento, como el de la Concejalía de Cultura de destinarlas a taquillas y tiendas de la Lonja, han pinchado. La iniciativa privada de los artesanos se presenta ahora como tabla de salvación para las «covetes».

Rebajar el nivel de acceso

Recuperem les Covetes también tiene previsto reunirse con los responsables de la Fundación Hortensia Herrero para explorar vías de colaboración, tanto a la hora de coordinar la restauración de la iglesia, que dirige el arquitecto Carlos Campos, y las «covetes», como en la búsqueda de vías financiación.

La asociación también ha contactado con Europa Nostra, que incluyó en su lista de patrimonio amenazado a las «covetes» con el fin de recabar su apoyo como socios de honor.

Los responsables de la asociación, presidida por Raúl Escobar, que optarán una vez concluidos los trámites de constitución a financiación europea, trasladaron a Ribó su intención de recuperar un espacio «que forma parte de la historia de València desde hace más de tres siglos, y que ha estado mucho tiempo abandonado y sin actividad». La intervención, no obstante, está condicionada por las obras de reurbanización de la plaza, cuyo inicio se anuncia para principios de 2020.

Ribó mostró su apoyo total a la iniciativa de «Recuperem les Covetes» y se ofreció a coordinar reuniones de trabajo con los diversos actores implicados, en alusión a las concejalías que intervendrán en las obras de reurbanización de la plaza de Brujas y el Mercat «para tratar de dar apoyo a esta iniciativa y ver cómo ordenarla en el proyecto de reforma de la plaza». La reforma de la plaza, en todo caso, deberá contemplar la puesta en uso de les covetes teniendo en cuenta que se sitúan en cota por debajo de cero.

El ayuntamiento no es el único actor implicado en la mejora urbanística del entorno, donde también intervendrán la Conselleria de Cultura y la Fundación Hortensia Herrero que ha asumido con un proyecto de mecenazgo la rehabilitación de los Santos Juanes.