El presidente de la Federación de Cooperativas de Viviendas (Fecovi), Vicent Diego, se reunió ayer con la concejala de Patrimonio y Vivienda, Isabel Lozano, para explicar los planes de promoción de viviendas asequibles e intergeneracionales que los cooperativistas tienen en los nuevos planes de desarrollo de la ciudad, como Malillla o Benimaclet, pero también en barrios consolidados como el Cabanyal, donde no descartan entrar en la gestión de edificios en proceso de reversión y rehabilitación como podría ser la Lonja de Pescadores.
Ante las reticencias que el ayuntamiento, gobernado por Compromís y PSPV, les ha traslado para enajenar suelo residencial directamente para las cooperativas, Fecovi propone que el ayuntamiento les ceda a 80 años suelo público destinado a servicios para impulsar grupos residenciales mixtos («cohousing»), que combinen viviendas con servicios sanitarios, domésticos o educativos complementarios.
Es la fórmula que han puesto sobre la mesa los cooperativistas, una figura de gestión del suelo que ha cogido fuerza en los últimos años porque evita intermediarios, para conseguir meter cabeza en el disputado mercado de la vivienda de la capital, donde los precios del suelo, escaso y caro, de titularidad privada son inasumibles para los cooperativistas.
Este colectivo tiene especial interés por València aunque no descartan entrar en las propuestas que han recibido de otros municipios del área metropolitana como Alfara del Patriarca, un municipio en proceso de expansión por los servicios y necesidades habitacionales vinculadas a la universidad privada Cardenal Herrera CEU.
Oferta en Alfara del Patriarca
La Generalitat ya entabló vías de colaboración en la pasada legislatura con los cooperativistas, si bien las subastas de suelo que salieron no tuvieron el éxito esperado al estar ubicadas en municipios aislados.
La cooperativa de viviendas también será la fórmula de gestión de los terrenos del campo de fútbol del Mestalla, en la avenida Aragón, aunque en este caso la inversión para ser cooperativista está lejos de las cifras que manejan las entidades con fines sociales.El interés de los cooperativistas es, en cualquier caso, creciente y al menos diez grupos están interesados por hacerse con suelo en la ciudad. Las cooperativas de viviendas basan la viabilidad del modelo en la obtención de suelos a precios asequibles, en una horquilla que oscila entre los 1.500 y 2.000 euros el metro cuadrado, que permite acceder a las viviendas, diseñadas a la carta por los cooperativistas (una de las ventajas del modelo), a precio de coste.
Existen distintos modelos de cooperativas: el más parecido a la promoción clásica con un acceso diferido para cada socio, y el modelo de cesión del derecho de uso de por vida al titular.
Ante las dificultades en la adjudicación directa de suelo público que se han presentado en València, donde tampoco se baraja a priori un concurso público dirigido a viviendas, los cooperativistas proponen que se les ceda suelo público destinado a servicios que no se vaya a utilizar para darle una salida.
El Ayuntamiento de València tiene en la actualidad pendiente de revisar el suelo dotacional previsto en el Plan General de 1988, para actualizar y equilibrar las necesidades de los barrios. Más de 200 solares dotacionales esperan uso.
Las cooperativas de viviendas han registrado un incremento del 40% en el número total de sociedades pasando de unas 96 en 2014 a 130 a fecha del pasado mes de julio de este año, según los datos de la Federación de Cooperativas de Viviendas de la Comunitat Valenciana (Fecovi). En València hay 37 cooperativas inscritas, de entre 8 y 80 socios.
