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Fraude

"No noté acento extraño ni terminología inadecuada para el tipo de operación"

La empleada de la EMT despedida por el timo de los 4 millones niega que tenga cuentas en el extranjero y relación con la red

Celia Zafra, exdirectiva de la EMT despedida, ayer en los juzgados de València. M. A. MONTESINOS

«No noté acento extraño ni terminología inadecuada para el tipo de operación, tampoco hizo cosas (el estafador) como un empleo excesivo de palabras en inglés. Tampoco parecía que se tratara de un español aprendido».

La directiva despedida por el fraude de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València, Celia Zafra, declaró ayer por primera vez en el juzgado por la estafa de los cuatro millones de euros de dinero público que fueron a parar a un banco en Hong Kong. Según consta en su declaración, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, Zafra se presentó ante el juez como una víctima más y dijo que no comunicó a sus superiores las transferencias porque la engañaron afirmando que tenía que firmar un pacto de confidencialidad.

«Todo esto por un momento le extrañó, es decir, lo de la confidencialidad y que se pusieran en contacto con ella de ese modo, pero también pensó en ese momento que un año antes y de una manera similar el presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi, había anunciado que la EMT asumía la gestión del parking de la plaza de Brujas, cosa de la que no estaban enterados los trabajadores», recoge su declaración ante el juez.

Sobre las firmas mancomunadas que envió a los estafadores y que permitió el acceso a información sensible de la EMT, la directiva aseguró no recordar haberlas remitido por correo electrónico.

El juzgado de Instrucción 18 de València inició ayer los interrogatorios por estos hechos. Zafra es por el momento la única imputada -ahora, investigada- que figura en la causa y el juez retomará este jueves la instrucción con el interrogatorio a testigos. La Fiscalía de València, pese a la gravedad de los hechos y la cuantía defraudada, no participó en el interrogatorio.

Todo ocurrió durante los primeros 20 días de septiembre. La extrabajadora de la EMT confirmó que el primer contacto que tuvo con el estafador fue telefónico, «un varón que se hizo pasar por Javier Parada abogado fiscalista de Deloitte ». Según su versión, «hablaba castellano sin acento» y puntualizó al juez que le dijo que ella solía hablar con otros abogados del despacho, pero el estafador le insistió: «Esto no tiene nada que ver».

El primer señuelo fue firmar un pacto de confidencialidad, pues le trasladaron que Grezzi anunciaría esta gran operación el 19 de septiembre. A continuación recibió un supuesto correo del concejal de Movilidad y presidente de la EMT desde una cuenta falsa, que ella creyó auténtico «no solo por el nombre, sino por el dominio». En otro correo el supuesto Grezzi le explica los detalles de la operación «y el plazo para pagar el 60 % de los nueve millones de euros» que pretendían estafar a la EMT -finalmente se transfirieron cuatro-.

Se cruzaron tantas llamadas que incluso el tal Javier Parada fue atendido por otros empleados de la EMT. Sobre el hecho de que el estafador se pusiese en contacto con ella y no con otros responsables, declaró que no le extrañó porque se ocupaba de estas cuestiones. Además, insistió en que incluso le comunicaron por teléfono que se había dado cuenta de los pagos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para asegurar «la trazabilidad».

La exdirectiva primero valoró realizar las transferencias desde una cuenta de Bankia, pero finalmente, siguiendo las instrucciones de los estafadores, optó por CaixaBank porque «las personas indicadas para firmar los pagos» eran el gerente, Josep Enric García Alemany, y la directora de gestión, María Rayón, «dado que se ocupaba de la gestión de tesorería». En ese momento había un saldo de 24 millones de euros por un ingreso registrado en agosto. Por esas fechas, el gerente estaba de vacaciones y Rayón de baja. No obstante, la exdirectiva aseguró que mantenían comunicación telefónica.

Según Celia Zafra, ella fue la persona que envió fotocopias de los DNI de ambos a la banda, pero no recordaba si hizo lo mismo con las firmas mancomunadas. Zafra también negó que ella o miembros de su familia tengan cuentas abiertas en el extranjero.

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