La política de peatonalizaciones del Govern del Rialto se extiende al entorno de Juan Llorens, una zona declarada acústicamente saturada por la presencia de locales de ocio, donde se pondrá en marcha la primera «supermanzana» de València. El concepto, que ayer explicó el urbanista y exconcejal de Espacio Urbano de Barcelona, Daniel Mòdol, del PSC, dentro de la Semana del Urbanismo de València, se viene aplicando desde hace unos años en la capital catalana con éxito pero también polémica por la supresión de plazas de aparcamiento.

Las supermanzanas consisten en generar espacios peatonales entre calles que permitan la recuperación de espacio público para el peatón a costa de eliminar carriles de circulación y plazas de aparcamiento. Así lo explicó la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, quien explicó que el cruce del Calixto III y la calle Palleter, donde se creará esta primera supermanzana, es el idóneo por la existencia de un colegio y dos apartamientos infrautilizados.

El modelo de las supermanzanas ha estado acompañado de quejas vecinales por la eliminación de plazas de aparcamiento. Mòdol apuntó en este sentido que el derecho a aparcar en la vía público y abogó por medidas complementarias para quienes tengan la necesidad de usar el coche particular. También aconsejó que el modelo de las supermanzanas vaya acompañado de una ordenación del espacio público que tengan en cuenta las terrazas de la hostelería, grandes beneficiarias de las peatonalizaciones de calles, pero también los contenedores y demás elementos que consumen espacio en la vía pública.

Los usos de este espacio urbano peatonal en el cruce de Calixto III con Palleter se decidirán, en todo caso, en un proceso participativo que se celebrará entre el vecindario a principios de 2020.

Gómez destacó que el gobierno municipal, formado por Compromís y PSPV, tiene en proyecto convertir València en una ciudad de plazas, recuperando estos espacios como «centros neurálgicos de los barrios». Ahora con las «supermanzanas» se da un paso más. «Nuestro objetivo es que las calles no sean carriles ni rotondas, sino espacios pacificados, que conformen un entorno seguro y comunitario».

La vicealcaldesa reiteró su apuesta por «una política urbanística valiente y transgresora, diseñada en beneficio del interés general, con un incremento de las zonas verdes, las áreas de ocio gratuito, los espacios culturales o incluso iniciativas comerciales». Gómez aseguró que las supermanzanas se llevarán a otros barrios de la ciudad pero no quiso avanzar cuáles para, consciente del rechazo que en ocasiones provocan las peatonalizaciones, no generar polémicas antes de tiempo.

El modelo de las supermanzanas, que en Barcelona se empezó aplicando en los barrios de Gracia y Sarrià y más tarde se extendido a Poble Nou (Distrito 22@), el Mercado de Sant Antoni y la calle Girona (en l'Eixample), ha supuesto un incremento del 91% de las zonas verdes, una reducción del tráfico (de 2.218 coches a diarios a 932) y un aumento un 30% de la ocupación comercial de plantas bajas».

La primera «supermanzana» de la ciudad condal cuenta ahora con 349 asientos, un área de juego infantil de 2.483 metros cuadrados, una zona de juego participativo, más de 1.000 m2 de carril bici, un punto de recarga de vehículos eléctricos e incluso una «modesta» pista de atletismo.