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Urbanismo

De fábrica de abonos a templo 'fitness': así es la València industrial reconvertida

Tras años en desuso, las antiguas fábricas de la capital del Túria reviven convertidas en mercados y centros culturales o deportivos

Obras durante la rehabilitación de la iglesia de las naves de La Cross. Alberto Sáiz

Cuesta imaginar la ciudad de València con decenas de fábricas en activo repartidas por el trazado urbano. Si bien esta imagen no es propia ni real en 2019, basta retroceder 100 años en la historia de la ciudad para descubrir una realidad urbana bien distinta que, un siglo después, se mantiene parcialmente en pie todavía.

Los cambios sociales y demográficos han obligado al 'cap i Casal', como al resto de urbes del mundo, a adaptarse a los nuevos tiempos. Así, a finales del s. XIX València se expandió con el formato propio del momento, el ensanche cuadriculado propio del distrito del 'Eixample'.

Durante el desarrollismo franquista se construyeron los 'bloques' característicos de los barrios obreros del extrarradio y cobró protagonismo el espacio público dedicado a los vehículos. De hecho, bajo el replanteamiento urbano del régimen de Franco, se propuso convertir el antiguo cauce del Túria en una gran autopista. La tendencia actual, como explicaba el arquitecto Ricardo Bofill hace unos días a Levante-EMV, busca convertir en espacios más verdes e igualitarios.

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En 1909, el rey Alfonso XIII inauguró la Exposición Regional Valenciana. Ubicada en la actual Alameda de la ciudad, para esta feria de muestras se construyó un complejo de pabellones de marcado estilo modernista valenciano que, una vez terminada la exposición, se dedicó a fines industriales. Entre estos edificios, encontramos el Palacio de la Industria o el Asilo de Lactancia.

La Exposición Regional Valenciana de 1909 fue uno de los puntos álgidos de la capital del Túria durante el siglo pasado. Inaugurada por el rey Alfonso XIII, para su celebración se construyeron diferentes pabellones de marcado estilo modernista valenciano. Algunos fueron derruidos al término de la feria de muestras, pero otros han sobrevivido hasta nuestros días.

El Palacio de la Industria, conocido como Tabacalera, fue reconvertido en la sede del 'nuevo Ayuntamiento' a finales de 2010 y parte de los servicios del gobierno local se ubican ahora en las dependencias de la calle Amadeo de Saboya.

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Frente al edificio municipal se encuentra el Asilo de Lactancia, levantado con la intención de convertirse en una guardería que diese servicio a los trabajadores de la Fábrica de Tabacos. Actualmente, el balneario de la Alameda es el actual usuario del edificio. La antigua industria Lanera está ocupada en la actualidad por el hotel Westin.

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El impacto de la industria no solo ha quedado reflejado en la arquitectura de ciudad, también en el suelo de algunos distritos que, tras años de actividad, sufrió los efectos contaminantes de la misma. Es el caso de la zona en la que convergen la avenida de Francia y la calle Ibiza, donde las vías del tren emergen del túnel de Serrería. Allí se ubicaban las naves de las industrias químicas de La Cross. Durante los años en los que la industria estuvo funcionando fueron habituales los vertidos químicos y de aguas residuales sobre el terreno, algo que complicó sobremanera la rehabilitación y descontaminación de las parcelas.

Las naves de La Cross fueron construidas a finales de los años 40. Se trata de un complejo de construcciones particulares dentro de la arquitectura de los años de la autarquía franquista, según destacan desde la Fundación docomo Ibérico, dedicada a la documentación y conservación de la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno.

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La nave de hormigón armado cubierta por una enorme bóveda cilíndrica que constituye la estructura portante fue reconvertida en una parroquia. Mientras que las construcciones de madera, que a finales de la década pasada presentaban un estado ruinoso, fueron completamente restauradas y en la actualidad forman parte del complejo polideportivo municipal Juan Antonio Samarach.

A pocas manzanas de distancia de La Cross encontramos en antiguo almacén Abonos José Campos Crespo, un edificio destinado al almacenamiento de productos químicos construido en 1913 y diseñado por Demetrio Ribes, arquitecto de la Estación del Norte. El edificio, ejemplo del modernismo de la ciudad que comparte pequeños detalles decorativos con la principal estación ferroviaria del 'cap i Casal', es actualmente un centro 'fitness' especializado en la práctica de la halterofilia.

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En entorno del Grau de València y el Cabanyal-Canyamelar se encuentran otras construcciones destacadas como las naves de Ership, convertidas en un centro de innovación; o el polideportivo del Cabanyal-Canyamelar, que en su día fue la fábriga del Águila.

Un caso paradigmático de reconversión es el de Bombas Gens. Lo que fuese una fábrica de bombas hidráulicas fue recuperado por la fundación familiar privada 'Per amor a l'art' para dar cabida a un centro de exposiciones artísticas que es, a su vez, un punto de encuentro de la ciudad y un lugar de visita obligada para los turistas apasionados del arte.

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A pocas manzanas de la estación temporal del AVE Joaquín Sorolla encontramos la antigua Imprenta Vila, aquí y bajo el diseño del estudio de arquitectura Janfri&Ranchal se ubicará próximamente el Mercado de San Vicente. El proyecto, además, contempla la creación de un 'coworking' con más de 100 plazas que, por su ubicación a escasos metros de la estación de Alta Velocidad, podría resultar de gran interés para aquellos que trabajen en este lugar.

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