Tomás Correas, portavoz de Millorem el Cabanyal y activista del barrio atiende a Levante-EMV en el solar que se encuentra frente a los bloques portuarios, en el cual, por cierto, hay proyectado un campo de fútbol abierto, aunque de momento solo unas porterías «autogestionadas», cumplen con esta función. La tarde cae y en algunas de las viviendas se ve luz, otras están a oscuras, tal vez porque ya no la tienen o porque están ya abandonadas o desahuciadas.

Correas mira hacia ellas y nos cuenta que allí hay muchas familias afectadas que, de momento, prefieren no hablar, temen que se les criminalice y también sufrir denuncias, como afirma Correas que ya ha pasado y sigue ocurriendo. También hay procesos de desahucios pendientes «y muchos otros problemas de base que hay que afrontar», alega. No obstante, pide a todos los vecinos «unión» y si es necesario acciones de protesta. «Queremos que la gente se sume, hay un sector que está ocupando y teme dar la cara, pero la solución no pasa por esconderse, sino por aunar fuerzas para que la administración ponga remedios», asegura.

«Muchas familias llevan años tratando de regularizar su situación sin éxito y ante la necesidad se ven abocados a ocupar o a engancharse a los suministros ante la imposibilidad de poder acceder a un contrato regularizado», expone Correas.

Él reclama que la rehabilitación del barrio empiece «por las familias» y no por «reurbanizar calles» y anuncia que hoy mismo se reunirán los vecinos para determinar cuáles serán las próximas acciones a tomar.