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Daños

Patrimonio intervendrá de forma urgente en los frescos renacentistas de la Catedral

La inspección de Cultura y el propio Arzobispado admiten que los sistemas de control no funcionan desde hace cinco años

Los frescos renacentistas de la catedral de València dañados por la humedad y con problemas de eflorescencias societat valenciana d'història de l'art

Los técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio mantuvieron ayer una reunión con los representantes del Cabildo de la Catedral para adoptar medidas urgentes frente a los daños por humedad detectados en las pinturas renacentistas de la bóveda del altar mayor. La Dirección General de Patrimonio envió este mismo fin de semana a sus técnicos a realizar las comprobaciones pertinentes tras advertir la Societat Valenciana d'Història de l'Art y el Circulo por la Defensa del Patrimonio de los daños y eflorescencias en los frescos . Tras haber realizado diversas inspecciones oculares durante el fin de semana a los frescos de los ángeles músicos de la bóveda, a cuya base se puede acceder a través de una estrecha galería, los daños se confirman. «Se han detectado problemas de humedad que están dañando las valiosas pinturas renacentistas», apuntaron ayer fuentes de la conselleria. «Tras confirmar la existencia de eflorescencias producidas por la humedad, la Dirección General de Cultura y Patrimonio ha instado al Cabildo de la Catedral de forma urgente un proyecto de intervención».

El sistema de monitorización de las pinturas que se instaló en 2005 tras la restauración de los Angeles Músicos de Pagano y San Leocadio y que controlaba el Instituto Valenciano de Restauración se suspendió en 2014 sin que ni la conselleria ni el arzobispado explicasen ayer las causas.

Para la conselleria la responsabilidad, en todo aso, del mantenimiento, conservación y protección de la catedral como titular del monumento, declarado Bien de Interés Cultural, es el Cabildo, apuntaron ayer los responsables de la Dirección General de Patrimonio. El departamento que dirige Carmen Amoraga desconocía el deterioro de los frescos, casi tres lustros después de su recuperación y después de haberse convertido en uno de los grandes reclamos e iconos turísticos de la Seo. Agradecieron en este punto a las entidades culturales que han alertado del problema y reconoció «la inestimable labor que realizan en defensa del patrimonio cultural».

«En ninguna de las reuniones que a lo largo de estos cinco años se ha mantenido con los representantes de la catedral se ha puesto de manifiesto que existieran problemas de humedades que estuvieran afectando a los frescos de los ángeles músicos que pintaron en 1472 Paolo da San Leocadio y Francesco Pagano», apuntaron fuentes de Patrimonio. La conselleria anunció ayer que los técnicos del instituto de restauración, ahora denominado IVCR+i, que desde el 2014 «no han sido reclamados por la catedral para valorar el estado de las pinturas de los ángeles de los músicos», realizarán en los próximos días un estudio técnico termográfico de valoración de afectación de las pinturas.

Añadieron que los técnicos del IVCR+i aseguran que no han realizado ningún tipo de informes para la catedral porque no han sido requeridos para este fin durante los últimos años.

El restaurador de la catedral, el arquitecto Salvador Vila, confirmó ayer que el sistema de monitorización lleva varios años sin funcionar, si bien apuntó que los sensores que se instalaron para vigilar el estado de los frescos siguen estando y podrían volver a funcionar. Vila confía en que tras la reunión de ayer se retome el plan de vigilancia y control. El restaurador de la catedral desde hace 15 años y responsable del proyecto de recuperación de la bóveda renacentista asegura que las humedades en los frescos de los ángeles músicos han vuelto a aparecer donde ya estaban antes de la restauración. Vila considera necesario eliminar las humedades de la bóveda si bien destacó la complejidad que reviste la colocación del andamio para limpiar la humedad de los frescos como el que se tuvo que colocar en su día para desmontar las más de 300 piezas de la bóveda barroca. Vila manifestó su preocupación por las humedades en los frescos renacentistas pero también por otros muchos frentes de intervención abiertos en la catedral, como la logia renacentista, apuntalada por su mal estado.

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